02
Dec 2008

La Cripta Jesuítica del Noviciado Viejo

Archived in the category: Arquitectura y constr de Córdoba

La Cripta del viejo Noviciado de los Jesuitas, bajo la carpeta asfáltica de la Avenida colón en su intersección con Rivera Indarte, redescubierta en 1989 con gran alboroto de autoridades, prensa y cordobeses del común. Se trata de un ámbito que mide 28 metros de largo sobre Colón, por 7,30 mts. de ancho en la dirección de Rivera Indarte y una altura de 3,80 metros, dividido en tres naves sucesivas, construidas con piedra, ladrillo y cal, cuya bóveda original fue destruida ahora y reemplazada por una loza de hormigón. Data de aproximadamente el año 1650, fecha en que la Compañía de Jesús se instaló en aquella esquina de la vieja calle Colón angosta (que por supuesto, no se llamaba así entonces). Al trasladarse a su actual emplazamiento de Caseros y Obispo Trejo -cuatro cuadras más al sur- en la esquina antigua quedó el “noviciado viejo” destinado a casa de ejercicios espirituales para hombres. Según el ingeniero Emilio Olmos, no hay constancias de la cripta subterránea sino hasta 1771, fecha en que la “Junta de Temporalidades” (que se había hecho cargo de los bienes de la Compañía expulsada en 1767), la detalla en el inventario bajo el que la reciben los hermanos Betlemistas, administradores del vecino Hospital San Roque.
Los Betlemitas instalan allí un nuevo hospital en 1774 por orden de Carlos III, el cual perduraría hasta 1804, sirviendo la cripta de cementerio general de los pacientes allí fallecidos. En 1806, un particular, Atanasio de la Cruz Lis, compra a los regulares a cargo una parte sin edificar de los terrenos del desafectado hospital,
en cuyo subsuelo existía la cripta. Mas tarde, el predio pasa a poder del Ingeniero Carlos Casaffousth, uno de los impulsores del Dique San Roque, quien comenzó a levantar allí una construcción, utilizando el subterráneo como despensa, sótano y depósito.

La obra fue adquirida hacia 1890 por un señor Abarca, que la elevó hasta tener tres pisos. En 1927, al ensancharse la Avenida Colón bajo la intendencia de Emilio Olmos (p), ese y los demás edificios de la vereda norte de la arteria fueron expropiados y dembados, pero se conservó la cripta del “Noviciado Viejo”, aunque se la cegó y dejó bajo el pavimento. En abril de 1989, los obreros que tendían los cables de ENTEL volvieron a sacarla a luz y actualmente se encuentra restaurada como monumento histórico de acceso público.

En la actualidad, la cripta es utilizada como espacio para muestras artísticas, conferencias y representaciones teatrales.

Fuente: Topografía curiosa de Córdoba, de Roberto A. Ferrero. Alción Editora. Córdoba 1994.

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