Continuando con los contenidos de la nueva categoría sobre humor cordobés, quería compartir con ustedes este excelente audio de Luis Landriscina en el que explica de manera magistral la diferencia entre chiste y cuento.
Sumadas a las observaciones de Don Luis, quisiera hacer una bajada a los chistes y los cuentos en el humor cordobés.
Los chistes son unidades del humor que se comen como las papas fritas que vienen con las hamburguesas: uno detrás de otro, con rapidez y siempre te dejan con hambre.
En stand up se los llama gag, donde hay una introducción y un remate gracioso.
En Córdoba estamos acostumbrados a una variedad enorme de chistes: desde el chiste que se transforma en apodo, pasando por el piropo que busca más hacer reir que seducir hasta el chiste que viene a responder el “¿Cómo va?” que le decimos al taxista, remisero, panadero, carnicero o compañero de trabajo cada mañana.
Estas unidades mínimas tienen la magia de definir en pocas palabras toda una situación social, política, económica y de autoconciencia. Un ejemplo que le escuché contar a José Playo:
José, al taxista: ¿Cómo va?
Taxista: Tratando de subir a la lona
El humor de Córdoba ha sabido capturar estas respuestas ingeniosas en los chupados, niños, suegras, maridos y personajes diversos de la ciudad, y muchos de ellos han sido incorporados a relatos más extensos: los cuentos.
Este relato compuesto por introducción, nudo y desenlace nos lleva a un mundo que es enriquecido de detalles por el narrador para que formemos una imagen de él en nuestra mente. Dentro del cuento se introducen chistes que hacen a darle forma a ese mundo, pero que pueden no relacionarse con el final (y a veces ni siquiera con la narración que se viene contando!).
De esta manera, como público asistimos a una construcción lingüistica donde muchas veces lo menos gracioso es el final.
Algunos de los cuentos clásicos del humor cordobés son Don Abraham del Negro Alvarez, el chancho en moto de Cacho Buenaventura, Tarzán y la Cenicienta del Flaco Pailos, Radio Quitapenas de Doña Jovita, entre otros que a pesar de escucharlos una y otra vez, siguen haciéndonos reir.
Ahora sí, el audio de Luis Landriscina: