“Tratar enfermedades es por lo que nos volvemos doctores.
Tratar pacientes es lo que hace a los médicos infelices”.
Dr. House
Ayer escuchaba una nota de Rebeca Bortoletto por radio Mitre en la que hablaba con un médico sobre este fenómeno en el que los pacientes googlean enfermedades y entran en pánico por lo que leen sobre las mismas o, inclusive, se automedican con fármacos nombrados en esos textos.
Muchas personas valoran o le brindan más confianza a lo que han leído en internet que al diagnóstico de su propio médico de cabecera que conoce su historia clínica.
El médico que charlaba con Rebeca (lamentablemente no recuerdo su nombre), contó que en este año tres pacientes que padecían dolores de cabeza se autodiagnosticaron Tumor Cerebral porque leyeron en la red que los dolores persistentes podían responder a esa causa.
El médico explicó que si bien es real que un tumor cerebral puede producir cefaleas constantes, son casos muy poco comunes y, a su vez, es un síntoma que puede tener mucho orígenes.
Para ampliar un poco la info sobre la Cibercondría busqué algunas notas del tema vía Google. El fenómeno ya aparece mencionado en 2002 por Time. Evidentemente mientras más popular de vuelve internet y mayor población tiene acceso a ella, los casos de estos hipocondríacos aumentan.
En el portal de MSN encontré una nota de la que rescato algunos párrafos:
Según el profesor Francisco Alonso-Fernández, presidente de la Sociedad Europea de Psiquiatría Social, el acceso masivo a Internet permite que haya unos pacientes mejor informados, pero si esa información no es rigurosa ni está respaldada por organismos científicos competentes, los resultados pueden ser muy negativos.
Según otros expertos, cada vez son más frecuentes las consultas médicas en las que el paciente solicita determinados tratamientos o pruebas diagnósticas a partir de información sesgada y errónea de la Red, o lo que es peor: se automedica o recurre a tratamientos por su propia cuenta, basándose en la información de Internet y sin consular con un facultativo.
Según la psicóloga clínica Isabel S. Larraburu, “las consecuencias del superávit informativo de internet ya se empiezan a notar. Por una parte, se puede observar la tendencia al descrédito de la profesión médica por parte de algunos pacientes, que “que ya saben lo que tienen” o “lo que tienen que tomar”, lo cual favorece la automedicación y el ajuste temerario de las dosis.
Por otro lado “algunas personas, por su tendencia emotiva y proclive a la ansiedad, al informarse sobre el fármaco que le han prescrito, pueden percibir selectivamente la información, fijándose en sus aspectos más amenazadores e incrementando su temor”, señala la experta.
La cibercondría alude a la persona que está ansiosa por conocer más acerca de sus enfermedades reales o imaginarias y busca sus síntomas en la red, auto-diagnosticándose o automedicándose en base a la información obtenida en distintas webs.