29
Mar 2010

Los jesuitas en Córdoba, hoy

Archived in the category: Estancias jesuíticas

A propósito del tema de los jesuitas en Córdoba, les acerco una nota que me pareció interesante:

Publicado originalmente en La Voz del Interior, 21/03/2010. Suplemento Temas. Tapa.

Diálogo exprés con Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba: “La resignación no es cristiana”

-¿Su título es sacerdote jesuita?

-La gente se confunde. Ve “sj” y piensa “sacerdote jesuita” pero en realidad significa Societas Jesu, la Compañía de Jesús.

-¿Cuál es la misión de la Societas Jesu?

-El servicio de la fe inseparablemente unido a la promoción de la justicia, en diálogo con las culturas y las diversas tradiciones religiosas.

-¿Es una adaptación a los nuevos tiempos?

-Exacto. La Compañía de Jesús nace para trabajar por el servicio de la fe y en el ministerio de la palabra de Dios.

-Y para ir donde la Iglesia crea que deban cumplir su misión.

-Hay un voto especial de obediencia para ser enviados adonde la Iglesia disponga.

-Su fundación coincide con una época de cismas.

-La época de la reforma protestante y de la reforma católica después. Algunos jesuitas van al Concilio de Trento, pero Francisco Javier va a la India, a Japón, a China y otros vienen a América.

-De hecho, hubo cortocircuitos y fueron expulsados de aquí.

-Los hubo con el rey Carlos III que nos expulsó y, por añadidura, con la Iglesia que en ese tiempo estaba muy cerca del poder político.

-Pero el rey tuvo la anuencia de la Iglesia.

-No sólo eso. Después, la Compañía de Jesús fue suprimida. El papa Clemente XIV dicta en 1773 una bula de supresión.

-¿Cómo sigue la historia de la Compañía?

-Es restaurada por Pío VII en 1814. Hubo otros conflictos, como el de Mateo Ricci, un misionero que era físico y matemático, un sabio que se fue a China y fue inculturando el evangelio muchísimos años antes de que la Iglesia empezara a hablar de eso, a fines del siglo 20.

-¿Inculturación del evangelio?

-Claro, que no se traslade la cultura occidental junto con el Evangelio. Separar lo que es el Evangelio de lo que es la cultura occidental.

-La verdad nos hace libres ¿es sólo un lema universitario?

-No, es un momento del Evangelio de Juan. Jesús está hablando de la verdad y dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

-Es propio de las universidades católicas.

-El término verdad es ambiguo. Hay quienes se creen dueños de la verdad y tratan de imponérsela a todos. Nosotros pensamos que uno puede ser un investigador de la verdad, un buscador. Uno se va haciendo libre en la medida en que busca la verdad.

-Los conflictos ¿no serán fruto de la tendencia de la Compañía a la intelectualización?

-El perfil de la Compañía suele ser bastante libre para adaptarse a los contextos y dialogar con el mundo y a veces se cae en el clisé de que somos muy intelectuales. Pero hay muchos jesuitas que dicen que somos mediocridades bien cultivadas.

-Lo cual es muy inteligente.

-Ese intento de dialogar con el mundo consiste en tratar de comprender el lenguaje que se habla fuera de la Iglesia, en escuchar lo que están tratando de decirnos desde otros lugares. Y eso trae conflictos.

-Ustedes siempre juegan en el límite…

-Definimos que nuestra misión es estar en la frontera, que es un lugar de discusión, donde uno está acá pero al otro lo tiene al lado. Lo lógico es intentar dialogar con ese otro mundo, aprender su lenguaje, saber traducirlo. El término católico significa eso, universal. Somos católicos, no una secta.

-¿La Iglesia está  en contra del progreso?

-Hay quienes, no sin razón, tienen ese juicio, sobre todo a partir de casos paradigmáticos como el de Galileo y toda la condena al modernismo. A veces nos hemos defendido por temor a lo que viene, a que cuando más se sabe, más se aleja la fe. En realidad mientras más se sabe, mejor y más profunda puede ser la fe.

-Los jesuitas son así…

-No, no, muchos son así. Hay un momento en que el sentido común marca eso. La Iglesia es una institución verticalista, pero no monolítica.

-Sin embargo…

-Es que hay miedo de que ciertas cosas hagan perder los valores cristianos. La Iglesia no tiene por qué intentar imponerle su pensamiento a todos, aunque sea un interlocutor válido y necesario para ciertos temas.

-Pero lo hacen…

-Claro, pero no creo que esté bien. Yo, por ejemplo, estoy en contra de la despenalización del aborto porque es un tema humano, no porque digo, como católico, que Dios crea la vida.

-¿Y la anticoncepción?

-El derecho canónico dice: la Iglesia no juzga las cuestiones de conciencia. En la realidad ocurre que hay gente que le pide permiso al cura para usar anticonceptivos. Y el cura no le puede dar permiso porque es un problema de conciencia personal.

-¿Cuál es la diferencia?

-Los gobiernos tienen que tomar decisiones políticas y al momento de tomarlas uno prefiere que se privilegie la vida, pero no se puede prescindir de la planificación. Seria anticristiano plantear algo distinto.

-Pero hay dogmas irrenunciables.

-En la Iglesia se plantean como axiomas o dogmas cosas que no lo son. Una doctrina papal o que ha sido explicitada por varios pontífices, no es dogma de la fe. Se coloca al creyente entre eso y el abismo y la realidad es más compleja. Si Jesús viera esto, lo vería desde la compasión, no desde axiomas y dogmas.

-La Iglesia también ha demonizado bastante a la mujer.

-Tiene dificultades para vencer un machismo atávico. Y es todo un tema en el que le va costando adaptarse.

-¿La religión es el opio de los pueblos?

-Tal vez en su momento, algo de razón tenía Carlos Marx. Nos resignamos a sufrir acá  porque después vamos a tener la vida eterna. Y no es así. Jesús vino a anunciar que el reino de Dios se había acercado a los hombres; es decir que empezaba acá, con las relaciones de solidaridad. El pan se compartía acá, no en otra vida.

-Hay que aguantar en este valle de lágrimas…

-Eso no es cristianismo. Se lo ha vendido durante mucho tiempo como tal, pero la resignación no es cristiana. Lo cristiano es trabajar por un mundo más justo, más solidario, en el que seamos más iguales. Que es lo que viene a decir Jesús: somos todos hijos de Dios, por lo tanto somos hermanos.

-Por eso escribe usted.

-Claro, para decir estas cosas.

-Porque escribe sobre cuestiones terrenales.

-Es que mi prójimo es éste, con el que vivo acá, en esta sociedad. Me importa que nuestra vida sea una vida cada vez más humana, más ética.

-¿Y los poemas?

-No, eso es otra cosa. Los poemas son parte de mi vida.

One comment for “Los jesuitas en Córdoba, hoy”

1
Graciela de Palomas

Day que no lean esto los fanáticos 😉

Besos!

March 30th, 2010 at 6:02

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