El año 2011 terminó con diez libros Chicken soup for the soul en mi biblioteca, aunque la reseña del décimo recién vea la luz los primeros días de 2012.
Como siempre les recuerdo, aunque esta colección suele colocarse en la sección “Autoayuda” de las librerías, son libros que simplemente cuentan historias de personas. En el caso del ejemplar de hoy el título es “Encuentra tu felicidad”.
Son 101 textos cortos de personas comunes y corrientes que se sentaron a escribir sobre sus “clicks” para encontrar aquello que les diera el sentido de alegría, felicidad y pasión que no tenían en sus vidas. Para algunos fue disfrutar de ver cómo amanece y la luz del sol va clareando sobre su jardín. Para otros fue apreneder a convivir con enfermedades incurables o la muerte de un ser querido.
Este nuevo ejemplar tiene una inspiración más introspectiva que la mayoría de los que venía leyendo hasta ahora (recuerden que pasamos desde las historias de gatos y perros hasta las canciones de country).
Cada autor de comparte maneras de ver la felicidad y creo que ese es el mensaje más interesante de este libro: la felicidad está ahí, abajo de la montaña de quejas, de mala onda, de problemas, de todo lo malo que le ponés encima. Ok, ni tu vida ni la mía son perfectas, pero aún así podemos ser felices con lo que tenemos, que es mucho si nos detenemos a mirarlo aunque sea cinco minutos por día.
El libro por capítulos:
– Contando mis bendiciones: este capítulo me recordó a algunos pasajes del video y del libro Viva la diferencia de Pilar Sordo por dos temas. Por un lado se habla de cómo nos vivimos quejando de todo, hasta de lo que nos gusta.
En uno de los textos de Chicken Soup una mujer llega al gimnasio quejándose de la lluvia y el empleado le contesta “¿Te gusta la lluvia?”. En ese momento ella se da cuenta de que sí, de hecho le gusta la lluvia, pero por vivir a las corridas se olvidó de disfrutar ese pequeño placer gratuito.
El otro punto que me recuerda al libro de Sordo, es la poca conciencia que tenemos de lo afortunados que somos a pesar de todo.
En sus charlas la psicóloga chilena siempre cuenta que le pidió a un paciente ciego que padecía una severa depresión que escriba todo lo que lo hacía feliz. El tipo vuelve a la semana con cutro cuadernos llenos de pequeños detalles de la vida cotidiana: tener sábanas limpias para dormir, sentir el perfume de las toallas al secarse la cara, sentir las burbujas de gaseosa chispeando en su nariz al beber…
Es bueno recordar que tenemos muchísimas cosas para disfrutar y ser felices. Aún cuando sean simples y de todos los días.
– Volver a los básicos: se puede vivir con lo justo y necesario y ser feliz. Se puede vivir sin lujos, sin necesidad de aparentar, sin tener lo último de lo último y ser inmensamente feliz.
A través de los relatos conoceremos a diez autores que tuvieron la experiencia de tener mucho y tener poco, y que eligieron valorar en primer lugar a los afectos y dejar atrás la ambición por la posesión con la que habían vivido desde siempre.
– Buscando mi pasión: un motor importante para sentirnos plenos como seres humanos es seguir o reencontrarnos con una pasión. Sea el trabajo soñado o el hobby que nos sirve de cable a tierra, realizar esa actividad que nos pone las pilas es otro de los caminos a la felicidad.
– Cambio de actitud: el capítulo comienza con una cita de Dennis S. Brown que dice “La única diferencia entre un buen y un mal día es tu actitud”.
– Sobreponerse a la adversidad: aún cuando nos sintamos la persona más miserable del planeta hay motivos para que nos levantemos una vez más y sigamos adelante.
– La alegría de dar: una de las autoras de los relatos dice que es más feliz quien da que quien recibe. A veces el dar significa ser un hombro donde otro se apoya a llorar, dar un regalo de escaso valor material pero que puede alegrarle el día a alguien o dar una mano haciendo algo que para otro es muy difícil.
– Buscando mi propósito en la vida: a diferencia de “Buscando mi pasión”, este capítulo se enfoca en encontrar un sentido profundo de las cosas, más que encontrar una actividad específica. ¿Para qué estoy en este mundo? ¿Cómo puedo ser útil a la sociedad?
– Placeres simples: ¿quién no se ha sentido muy feliz por algo tan simple como tomar un helado una calurosa tarde de verano? ¿quién no se ha sentido como en un cinco estrellas tomando un jugo de naranjas recién exprimido en la cocina de su casa?
– Hacer lo mejor: dar lo mejor de uno a pesar de las dificultades.
– Salir del círculo vicioso: a todos nos ha sucedido desear un cambio en nuestra vida pero no animarnos a tomar esa decisión que nos haga recomenzar. Cambiar de trabajo, mudarnos, cambiar de carrera… siempre se puede volver a empezar para encontrar la felicidad.
Ha sido un libro muy interesante, quizás un poquito más autoayuda que los que venía leyendo hasta ahora, pero me gustó mucho.
A todos aquellos que quieran comprarlo, pueden hacerlo en las librerías de EEUU o en las librerías on line.