21
Sep 2011

Starbucks y el complejo de tercermundista

Archived in the category: Restaurantes y cocina

Aclaración:

Este post no es en contra de Starbucks ni de todos aquellos que van porque les gusta (por ejemplo mis buenos amigos Pablo y Nora).

Simplemente analiza algunos aspectos relacionados a la marca y a la actitud que algunos de sus consumidores tienen hacia ella.

Como siempre digo, son bienvenidas las opiniones de todo tipo pero en un marco de respeto, educación y correcta redacción. De lo contrario no será aprobado el comentario.

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Dime lo que comes y te diré el dios al que adoras, dónde vives,
a qué cultura perteneces y en qué grupo social estás incluído.
Sophie Bess

 

Ayer leía una nota en de Comercio y Justicia que Starbucks se instalará en Córdoba en diciembre de 2011:

Tomás Lesica Alvear, gerente de marketing de Starbucks Argentina, confirmó hoy que la primera semana de diciembre  se abrirá el local en una esquina de Colón y Cañada. El vocero también dijo que la compañía planea abrir más sucursales en los shoppings de la ciudad.

Actualmente, Starbucks ya tiene sucursales en Buenos Aires y Rosario.

Les cuento el por qué de este post.

Desde hace unos años esta cadena de cafeterías se transformó en algo así como el ícono de los que trabajan en tecnología. Bloggeros, twitteros y gente que está todo el día con la computadorita y se cree cool (esto incluye a periodistas jóvenes, marketineros, publicitarios, gente de PR y personajes ignotos que se definen como entrepreneurs).

Son el estilo de gente que sueña con tener un Ifon chirimboleiro 20G para comunicar por Twitter, Facebook, Foursquare y donde pueda (como si a alguien le importara, dicho sea de paso) que está tomando uno de esos cafés de $25 y nombre raro que tienen de todo adentro, inclusive café.

La cosa es que el ardiente deseo de algunos que Córdoba tuviera su Starbucks lo antes posible me llevó a pensar cómo es que he podido vivir 31 años de mi vida sin que esta cadena multinacional viniera a venderme café en vasos de cartón ¡¡¡¿¿¿Cómo he podido???!!!

Dejando de lado la ironía, después de todo cada quien hace de su bolsillo, sus gustos, su tiempo y su aparato digestivo lo que mejor le parece; quisiera hacer un análisis sobre algunas cuestiones de este fast food. Porque lo es. Starbucks no es el Louis Vuitton del café, lamento decirle a sus fans. Si quiero un café exclusivo me voy a tomarlo a la Estancia La Paz, al golf de La Cumbre o al Cóndor en un día de nieve. Ah! y no me lo dan en cartón en ninguno de esos tres lugares.

– El marketing del consumo – Las cadenas estandarizadas vs los estilos gastronómícos locales: hace un tiempo toqué tangencialmente el asunto cuando hablé de la oferta gastronómica en los shoppings locales.

Si bien no estoy en contra de las franquicias, me parece que en Córdoba nos debemos un impulso a los sabores autóctonos. Ya sea mediante una ley, subsidios, acciones publicitarias o guías especializadas, o algo que promueva nuestra identidad gastronómica.

Quienes sean especialistas en el rubro sabrán muchísimo mejor que yo qué es lo que debería hacerse para que se promuevan los sabores, recetas e ingredientes tradicionales de la cocina cordobesa tanto en el público local como en la oferta hacia turistas.

Y también que se promueva la gastronomía de las olas inmigratorias de los que vinieron a hacerse argentinos sin olvidar sus raíces. En los pueblos del interior como Colonia Caroya o Villa General Belgrano, por citar dos casos emblemáticos, han sabido poner en valor las recetas tradicionales para ofrecer un producto de turismo gastronómico.
Tampoco olvidemos las olas inmigratorias más recientes, sobre todo de los países limítrofes, donde se dan casos donde podemos disfrutar de la exquisita gastronomía peruana, por ejemplo.

En lo personal, cuando viajo a un lugar lo que menos hago es ir a la cadena de comida X,  sino que intento probar estilos y sabores regionales que estén contextualizados en un ambiente que me brinde la sensación de estar en una ciudad específica y no en un no-lugar de cualquier parte del mundo.
Es por eso que me parece excelente ejemplo el del circuito turístico de los bares notables de la ciudad de Buenos Aires (inclusive hay un programa sobre ellos en Canal á).

En resumidas palabras, quiero que haya más lugares como Cundeamor y menos clones impersonales de una franquicia.

– La sociología del consumo – Del cafetín al take-away: otra cosa que me irrita particularmente es el gusto que tienen muchos de mis colegas por importar toda costumbre que vean en su serie favorita. De ahí que de buenas a primeras todos sueñan con andar de acá para allá con un vaso de cartón con un logo estampado ¿¿¿Qué tiene que ver eso con nuestra realidad???

La música y la literatura son riquísimas en menciones al café y a su ritual.

En la vida real escritores, poetas, músicos y artistas se han guarecido entre sus paredes para discutir de vanguardias y de política con igual pasión.

En la ficción ha sido dibujado como un espacio de reunión y de soledades, de reflexión y de charlas acaloradas, de romance y de abandonos.

Hay un párrafo de La Tregua, de Mario Benedetti que me parece un excelente ejemplo de la función social de sentarse a tomar un café:

Esta vez me metí en un café; conseguí una mesa junto a la ventana. En un lapso de una hora y cuarto, pasaron exactamente treinta y cinco mujeres de interés. Para entretenerme hice una estadística sobre qué me gustaba más en cada una de ellas. Lo apunté en la servilleta de papel. Este es el resultado. De dos, me gustó la cara; de cuatro, el pelo; de seis, el busto; de ocho, las piernas; de quince, el trasero. Amplia victoria de los traseros.

Los cordobeses Jairo y Daniel Salzano han sabido hacer música con esta temática en la canción Milagro en el Bar Unión

Podría poner otro párrafo sacado de la literatura, evocando a los cafés parisinos nombrados por Cortázar en Rayuela:

Sé que un día llegué a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo que otros hacen y viendo lo que otros ven. Sé que salías de un café de la rue du Cherche-Midi y que nos hablamos. Esa tarde todo anduvo mal, porque mis costumbres argentinas me prohibían cruzar continuamente de una vereda a otra para mirar las cosas más insignificantes en las vitrinas apenas iluminadas de unas calles que ya no recuerdo. Entonces te seguía de mala gana, encontrándote petulante y malcriada, hasta que te cansaste de no estar cansada y nos metíamos en un café del Boul Mich y de golpe, entre dos medialunas, me contaste un gran pedazo de tu vida.

También es rica la referencia al ritual del café en la música y cultura brasilera, donde el cafezinho es la excusa en forma de pocillo para tener una charla profunda de unos minutos o de toda la tarde. Me recuerda a El silencio, de Eduardo Galeano:

Una larga mesa de amigos, en el restorán “Plataforma”, era el refugio de Tom Jobim contra el sol del mediodía y el tumulto de las calles de Río de Janeiro.
Aquél mediodía, Tom se sentó aparte. En un rincón, se quedó tomando cerveza con Zé Fernando Balbi. Con él compartía el sombrero de paja, que lo usaban salteado, un día, al día siguiente el otro, y también compartían algunas cosas más.

-No- dijo Tom, cuando alguien se arrimó-. Estoy en una conversa muy importante.

Y cuando se acercó otro amigo:
-Me vas a disculpar, pero nosotros tenemos mucho que hablar.

Y a otro:
-Perdón, pero aquí estamos discutiendo un asunto grave.

En ese rincón aparte, Tom y Zé Fernando no se dijeron ni una sola palabra. Zé Fernando estaba en un día muy jodido, uno de esos días que habría que arrancar del almanaque y expulsar de la memoria, y Tom lo acompañaba callando cervezas. Así tuvieron, música del silencio, desde el mediodía hasta el fin de la tarde.
Ya no quedaba nadie cuando se marcharon los dos, caminando despacito.

Los italianos también tienen su sociología del café. Recuerdo cuando mi profesora nos explicaba que el ritual de un trabajador era hacer un corte en algún momento del día, cruzarse a su café de confianza más cercano, sentarse en la barra y pedir un espresso o un ristretto. Se toma el café, cambia un par de palabras con los parroquianos (seguramente sobre calcio) y se vuelve a trabajar.

El café para la cultura latina, aún del ciudadano común que nada tiene que ver con el arte,  tiene conexión directa con la pausa, no con vivir a las corridas. Y también tiene que ver con el hecho en sí mismo, no con el consumo ni del producto ni de una marca. Dá igual a qué café fue Martín Santomé, el personaje de La Tregua, a ver culos. Tampoco importa qué pidió, si un cortado un una lágrima. Lo importante es que estaba ahí y no hubiera podido estar en otro lugar anotando en una servilleta lo que veía al pasar.

Entonces, si contamos con esta fantástica vida detrás del café ¿para qué copiamos la estupidez de vivir apurados para poder consumir una marca?

– La ecología del consumo – Usar y tirar: no es exclusivo de esta cadena, pero con los graves problemas que tiene la ciudad de Córdoba con sus residuos sólidos urbanos ¿No debería desalentarse la producción de toneladas de basura que generan los envases descartables? Envases que por estar utilizados para contener alimentos no pueden reciclarse.

No faltará quien me retruque que lavar platos contamina el agua, cosa que es real. Pero el agua debe tratarse para reintroducirse al ambiente limpia, mientras que la basura tarda años en descomponerse. Reducir al máximo la producción de basura debería ser un tema prioritario para una ciudad que está en una situación crítica con este asunto.

 – El complejo de tercermundistas: como dije antes, cada quien con su plata hace lo que le parece. Pero me parece triste (cuando no patético) que haya 20-30-40añeros  que crean que ir a un Starbucks es sinónimo de ser gente interesante. Que necesiten cargar un logo para dejar de ser tan poquita cosa.

Estos personajes se compran un café con su teléfono/tablet en la mano, cierran los ojos y sueñan que están en Silicon Valley negociando contratos millonarios. Mientras tienen la marca en la mano un metro cuadrado de esta Argentina tiene menos gusto a tercer mundo y eso un alivio.

La charla de ese café discurrirá entre términos en inglés, todo tipo de participaciones en redes sociales interactuando virtualmente con la gente que está a su lado y hablando de una realidad que nunca será la de su país.

Y en todo ese tiempo, cientos de culos que merecían ser vistos habrán pasado inadvertidos.

Alguna mujer posteará en su muro “Ya no hay hombres”. Algún consumidor de Starbucks clickerá en “Me gusta”.

 

18 comments for “Starbucks y el complejo de tercermundista”

1

Cuando estuve en San Francisco, haciendo el San Francisco Food Tour, el guía nos decía que el fundador de Starbucks es de San Francisco pero que se fue a fundarla a Seattle, porque Seattle y San Francisco son los dos lugares de gente tecnologica que más necesita tomar café sólo que en San Francisco entienden de buen vivir, y de hecho San Francisco fue la última gran ciudad donde llegó Starbucks.
Otra cosa es que el grano para que se tueste bien y largue buen aroma y sabor tiene que hacerse de a pocos granos por vez en la tostadora, pero Starbucks lo hace a lo bestia y por eso lo quema;
y que la mayoría de la gente ahora cree que el sabor a café quemado es el sabor a café
y por eso lo hacen tan “agua sucia”, para no tomar tanto con gusto a quemado que es fuerte

September 21st, 2011 at 20:57
2

Y para los que entiendan inglés, dejo un video de stand up de Lewis Black sobre el fin del universo y Starbucks

http://comedians.jokes.com/lewis-black/videos/lewis-black—the-end-of-the-universe

September 21st, 2011 at 21:05
3
Gaston Ciliberto

Dude muchísimo sobre comentar o no este articulo, sin tener fundamentos (y sin ganas de armar una teoria contundente a la 1:28am). Como para presentarme puedo decir que me gusta mucho el cafe, me considero un absoluto principiante del mismo y a la vez me gusta mi macbook y mi smartphone. Este fin de semana pasado estuve en buenos aires y vi montones de starbucks y montones de bares folklóricos, opte por frecuentar los segundos por cuestiones de tiempo y lugar (los starbucks los vi a la hora de cenar o almorzar) la verdad es que no me genero nada especial ir a un bar de Recoleta o a uno de Belgrano, en uno incluso (Sullivan’s en Plaza Serrano) la moza no sabia la diferencia entre un americano, un ristretto y un cafe, eran solo diferentes tamaños de tazas para ella y nos trato bastante mal inclusive. A que voy con estas experiencias, creo que tratar de englobar a esas personas con “el ardiente deseo de algunos que Córdoba tuviera su Starbucks lo antes posible” es bastante infundado y hasta me atrevo a pensar que la razón de este post son TUS ganas de ir, por mi parte te cuento, sí tengo muchas ganas de tenerlo cerca, es una opción diferente porque tienen como vos decis nombres raros, porque son otros tamaños, es sólo otra opción. Y si tanto te gustan los barcitos chiquitos y “mirar culos” sos tan libre de hacerlo como yo de pasar buscar un Latte o un Macchiato y llevarlo a mi trabajo que de paso queda cerquita. No le tengas miedo, pasa y pedi el tuyo..

September 22nd, 2011 at 0:48
4
Gaston Ciliberto

Me falto aclarar, me encanta tu blog porque creo que aprendiste a usar el sistema en vez de pelear contra el, este articulo no coincidió a mi parecer con el resto, para leer cosas como estas no se, leo a la loca de mierda o algún representante del stand up peleado con el mundo para parecer graciosos y cobrar por eso. Quiero buena onda, quiero gente positiva, para criticar ya hay muchos! Exitos!

September 22nd, 2011 at 0:55
5

Gastón,
Vamos por partes:
– ¿En base a qué supones que me muero por ir a un SB? Digo, si quisiera hacerlo ¿para qué me pondría en la tarea de escribir un post en contra de los que van a caretearla? Tengo 31 años, me parece que estoy grande para una boludez así. Sumado a eso sería bueno que sepas que no tomo café fuera de mi casa porque tengo baja tolerancia a la cafeína y en casi todos lados me hace mal el café de máquina. Así que a menos que quiera morirme de dolor de estómago, dudo que vaya a tomar un café a ningún lugar sea SB u otra marca.
– Yo no digo que cualquier bar es mejor que un SB. Digo que a nivel turístico me parece que es más interesante la diversidad que la homogeneidad, por lejos. He viajado mucho por sudamérica y te puedo asegurar que si quiero conocer de la cultura e idiosincracia de la gente me tengo que ir a sentar a un bolichito y no a un shopping, Quiero que el que venga a Córdoba no vea lo mismo que hay en su país, eso es un embole y no tiene nada de intersante. Que se vaya a tomar mate a Alfonsina o a comer pastel de papas a lo de Paula MAssuh como lo hicieron los de CBS que estuvieron en mi casa me parece mucho más enriquecedor para experimentar la ciudad.
– Como he dicho en el post, que cada quien haga de su billetera lo que le parezca. Pero defenderte por lo que te gusta no hacía falta. Te gusta y punto. Si te sentiste tocado por la parte del caretaje es que te hacés cargo y eso es cosa tuya, no mía; el post no fue escrito pensando en vos, no me referí ni a tu macbook ni a tu smartphone aunque caigan en el estereotipo.
– El hecho de tener el blog me dá la libertad de dar mis opiniones, por lo que me parece que si no te cae bien el tema tenés la opción de pasarlo de largo o de no comentar. Soy respetuosa de mis lectores, pero jamás voy a ser complaciente. Así que criticaré todo lo que sea necesario, cuando sea necesario y porque considero que para mi es un tema importante para tocar así tenga cero visitas.
– Por otro lado, al estar comprometida con temas de turismo y cultura de Córdoba (desde lo poco o mucho que pueda aportar desde este blog y desde otras actividades fuera de él), me parece que si la lectura quedó en “Mina que se queja de SB como si fuera la Pichot”, es que no leiste en profundidad mis cuestionamientos. Para hacerme la Loca de mierda no me hace falta citar a Augé, Galeano, Cortázar ni Benedetti, ni necesito mencionar temas ambientales. Este no es un post humorístico, no me interesa la queja sino la crítica analítica de las cosas. He ahí la enormísima diferencia.
—-
– Finalmente, y un poco off topic del tema del post pero que viene a colación de tu comentario. Algo que no deja de llamarme la atención es que en el ambiente bloggueril ciertas personas cuando digo algo fuera de la línea de la manada siempre saltan a decir que no puedo decir eso.
No lo digo por vos en este caso, digamos que en el 2do comentario suavizaste un poco el tono y entendí mas tu punto; pero desgraciadamente ya me harte de vivir en carne propia que si digo “Esto no me gusta” salten 20 infelices a putearme porque critico A o B con todo el fundamento que tenga a mi alcance ¿¿¿Qué problema tienen??? ¿Escriben posts para que comenten los que están de acuerdo solamente?
No es que sea paranoica, pero me rompe soberanamente los ovarios que tenga que “cuidarme” de dar mis opiniones (o dejar de darlas, directamente) porque algunos se ofenden y aún peor porque no falta el tarado que me ha dicho textualmente “Te dan bola en lo que decís por tu foto de perfil”. Dejémonos de joder con estas cosas, parecen pajeros de 12 años los que las dicen. Mucha libertad de expresión de la boca para afuera pero si les sale la histeria a flor de piel son trolls como cualquier hijo de vecino.
Yo tengo mi teoría de que el machismo del sector tiene que ver. Parece que es mejor que una mujer hable de cosas sin importancia a que dé su opinión. Y sinceramente es lo que pienso de muchos techies (con ejemplos concretos que algún día mostraré con lujo de detalles). Guille dice que son boludos a cuerda como hay en todos lados, que no es una cuestión de género. Todavía no sé por donde va la cosa. Quizás tendría que hacer un par de denuncias en el Inadi a ver si se les van las ganas de hacerse los vivos.
Lo que sí quiero que quede claro es que si el blog no es disparador de temas adultos y serios como qué pasa con la identidad cultural de la ciudad, cómo evitamos el impacto ecológico de la basura, cómo brindamos atractivos diferenciales para que del resto del mundo vengan a visitarnos, entonces no sé para qué está. Al menos eso es lo que a mi me interesa discutir y sobre lo que realmente creo que hace falta trabajar.
La crítica seria y el análisis me parecen las únicas maneras posibles de hacer progresar las cosas. Sea un blog o una ciudad.
Saludos!

September 22nd, 2011 at 2:13
6

Ugh, cuantos puntos para tocar de un solo saque… Primero decir que estoy parcialmente de acuerdo con algunas de las cosas que opinás, como ser el tema ritualístico propio del café en nuestra cultura (y no la italiana ni la yankie) que tan bien reflejado se ve en las obras de arte que citas. También estoy de acuerdo con que a la hora de explorar un lugar, es preferible ir a por los regionalismos que refugiarse en las conocidas franquicias internacionales donde ya sabemos -con relativa variedad- con qué nos vamos a encontrar.
Pero no estoy seguro que una cosa tenga que excluir a la otra. La filosofía de Starbucks es diferente, sí, a la de lo que estamos acostumbrados, y quizá sea por eso que “tan fervientemente” algunos la quieran importar. Porque queremos lo que no tenemos, y vemos que otros sí. Cuando viajaba a Buenos Aires iba a Starbucks únicamente porque era el único lugar donde podía escuchar Jazz, tirarme en un sillón a leer, mirar culos, navegar, o lo que sea por horas, tomando un vaso de medio litro de lo que se me pintaba ese día probar. Y eso no me lo daba ninguna otra marca, local, regional o franquiciada. Y si sale $25 el medio litro, contra los 150mL a $8 de un café cualquiera en otro lado, sinceramente no le veo tanta diferencia.
Y si, no será el mejor café, no será lo más caté, y quizá haya mucho fanatismo por la marca (no es mi caso… creo), pero al fin y al cabo me parece que es simplemente una opción más; de ahí a cómo lo disfrute cada uno es otro tema. Nunca voy a entender a la gente que se compra un takeaway con el loguito sólo para caminar por la calle con anteojos oscuros al ritmo de su ipod, mirando a cuanto se le cruce con cara de “mirá que cheto que soy”; pero esa es la misma gente que se compra Nike en vez de Topper, o Cardón en vez de Mauro Sergio (por decir cualquier cosa). El caretaje por las marcas no va a cambiar porque Starbucks venga o deje de venir; y ellos lo saben y lo aprovechan, y no está mal que así sea mientras las reglas del juego sean las que tenemos.
También estoy de acuerdo con lo que decís respecto los residuos. Si bien se usan envases reciclados (y no tengo idea sinceramente si se pueden seguir reciclando o no, cosa que en nuestra Córdoba de hoy es mas o menos irrelevante hasta tanto no se haga masivo el sistema), cuando vas al local y te quedás a tomar tu café ahí, no te dan a elegir si queres una taza de cerámica o no; hay que pedirla especialmente. Eso creo que no requiere demasiado esfuerzo para cambiar, y acá en New Zealand de hecho es regla.
En definitiva, como decís, cada cual hace de su billetera y culo lo que le venga en gana; pero tampoco veo mal que haya más opciones para elegir lo que quiere cada uno según sea su humor ese día. De ahí, a pensar que todos los consumidores de la marca lo hacen por la marca en sí… quizá haya un largo trecho.

September 22nd, 2011 at 2:17
7

Never,
Me mató Cardón y Mauro Sergio, jajajaja.
Es que coincidimos totalmente. Como puse en el inicio del post AL QUE LE GUSTE QUE VAYA TODOS LOS DIAS.
También dije que no estoy en contra de las franquicias, Grido e Il Gatto lo son y nacidas en Córdoba. Tenés las tortas Franceschini también, las panadería Lapana, hay cientos de ejemplos locales. Mi punto es que haya opciones de todo tipo. Café de $25 y de $5. Confitería de vieja que va a tomar el té con las amigas y Delicity. Me parece perfecto que exista todo eso. ¿Pero como hace un lugar artesanal a bancar su negocio contra una franquicia? Pensemos en el lío que se armó con el desembarco de Grido en Rosario o recordemos toda la movilización de vecinos contra la apertura del Dino de Ruta 20, como ejemplo local. Desgraciadamente los mas pequeños aún haciendo las cosas bien y con toda la buena voluntad terminan fagocitados por los grandes. En Paris están prohibidos los hipermercados para que los pequeños comercios típicos puedan seguir dándole identidad a la ciudad y un sustento a los comerciantes y a sus familias. Eso es lo que a mi me importa sobre todo. Pero si no hay un aprecio por lo propio y lo identitario y sí hay un deseo por copiar estereotipos foráneos, me parece que hay que ver cómo trabajamos ese punto. Tanto desde el consumidor local o el turista como del inversionista prefiere poner plata para un SB y no para gastronomía tradicional local.

Dos mangos aparte es mi molestia con el consumismo por el consumismo en sí mismo. Este caso es un ejemplo puntual nomás. Todos consumimos, y disfruto de hacerlo como cualquiera cuando puedo comprarme algo que quiero; pero no me pongo a contarlo porque me parece una falta de respeto. Sin ir más lejos Guille estuvo un mes viajando por USA y podés contar con los dedos de las manos las cosas que tuiteó. A los únicos que de verdad nos importaba era a su familia y amigos ¿Entonces para qué hacerlo público? El viaje era un sueño de él y punto. Los de afuera son de palo.
Entonces, si me meto con cierto grupo (y como aclaré NO SON TODOS LOS QUE VAN A SB) es porque todo el tiempo hacen ostentación de sus consumos, cosa que me parece pésima. Como dijo Pablo a quien nombré al inicio del post “Si todo el tiempo hablás de consumo, podés hacer sentir mal a quien no puede acceder a eso.” O generar resentimiento, envidia, complejos, que se yo. Y por otro lado me parece que es una cuestión narcisista hacerle saber a tus contactos de FB/TW ese tipo de cosas. A mi me interesa poco y nada que Pepito de loggee en Foursquare y en Tw me aparezca que está en SB. Calculo que al 99% de sus contactos tampoco les importará.

September 22nd, 2011 at 3:05
8

Entonces si, estamos totalmente de acuerdo (y lo de Mauro Sergio/Cardón lo dije porque tengo ambos y fue lo primero que se me ocurrió :P).
Respecto a lo del consumismo, quizá sea medio utópico mi pensamiento, pero no le veo nada de malo intrínsicamente al decir qué consume cada uno. El hecho de que hoy “le pueda molestar al que no puede acceder a consumir lo mismo” sólo me indica que lo que hay que cambiar es que esa persona no pueda consumir, no que yo tenga la libertad de decirlo o no.
Claro que una cosa es decir “estoy en SB porque me gusta X trago que preparan” a caretearla con “usando mi Macbook Air en SB Alto Palermo, que top que soy!”. Creo que ambos estamos de acuerdo en rechazar lo segundo, quizá no tan de acuerdo en rechazar lo primero, no sé. Leyendo con atención, cuando decis “los que todo el tiempo están haciendo ostentación de su consumo” creo que estamos en el segundo caso.
Por otro lado, yo uso Foursquare para “jugar” como se supone que es la finalidad de la página, en definitiva; y quizá sea tonto pero no es más inteligente que andar rastrillando una granjita virtual. Y publico tanto que estoy en SB como en la biblioteca, y a los contactos que les interesa y juegan a lo mismo les importa y para mi eso me basta.

Ahora, la lucha eterna entre lo globalizado y lo regional creo que es muy dificil de atacar simplemente “prohibiendo”. ¿Por qué voy a prohibir un hipermercado si me es sinceramente más cómodo que recorrerme tres o cuatro locales de barrio para comprar lo mismo; me sale más barato, y a veces incluso tengo más variedad?. Prohibir me choca por una postura personal que tengo para con la libertad. Pero eso no significa libertinaje y desprotección al que menos puede.
Sinceramente acá en NZ no sé como hacen, pero veo un local que vende exclusivamente galletitas “caseras” tipo las que hacían las abuelas en pleno pleno centro, al lado de un McDonalds y en frente de un minimercado chino (o koreano) que te vende lo mismo pero hecho en una fábrica. Y el “hiper” está a tres cuadras. No me preguntes cómo sobreviven todos sin problemas porque no tengo idea, pero ahí están, o sea que se puede. Y lo bueno de que se pueda es que hay diversidad de opciones, y eso es en definitiva lo que beneficia a todos, ¿no?

September 22nd, 2011 at 3:21
9
Flor B.

No me gusta el cafe, tambien me hace mal, no me gusta SB, entonces me pregunto…como perdes tiempo haciendo un blog sobre algo que te da diarrea?

September 22nd, 2011 at 11:54
10

Never,
Precisamente porque son temas muy complejos es que me parece que es importante reflexionar sobre ellos.
Sobre lo del consumismo te cuento algo: hace un tiempo intercambiaba mails con un lector que era artesano. Todo empezó cuando me dejó un comentario quejándose de la Feria de Artesanías. En las idas y vueltas de mails le dije “La feria es un negocio de quien la organiza, sino estás de acuerdo con los precios, con la ideología o con lo que sea no vayas”. ¿Sabés cuál fue su reacción? Decirme que yo era una capitalista y etc por las cosas que leía en el blog, por postear recitales de entradas de $1000, por defender (?) a los de la feria y cosas semejantes. Así que a los ojos del tipo yo era consumista.
Por eso es evidente que todo está en el cristal con que se mire. A vos no te molesta, a mi si y al tipo lo enervaría. Y creo que todas las posturas son válidas, pero no por eso tengo que dejar de expresar lo que opino de unas y otras.
Primera conclusión: caerle bien a todo el mundo es imposible. Ergo, ni siquiera hay que intentarlo.
Segunda conclusión: cuando afectás creencias muy arraigadas en las personas van a hacer todo lo posible por demostrar que estás equivocado y que estás hablando pelotudeces. Y eso lo podés ver en este post y en el post de las escuelas de seducción. Nadie se banca que critiquen lo que les gusta y menos que menos tolera la opinión diferente. Es muy fácil hablar de vivir en democracia pero no lo es convertirla en un ejercicio cotidiano. Muchos bloggeros (con nombre y apellido que algún día daré) son el mejor ejemplo de eso.
Tercera conclusión: debería tocar temas como este más seguido. Aunque sea para que los que saltan se acostumbren.
—–
Sobre la “lucha” entre lo global y lo regional es un tema que largamente me excede. Pero los ejemplos que te dí no llegan a tanto. Grido en Rosario y el Dino en la Ruta 20 son locales. El eje de la cuestión es el impacto que causan en las comunidades, que no pasa sólo por ir a comprar más cómodo y más barato. Está lo social, lo comunitario, la redistribución del ingreso de lo que tanto se habla ahora, el impacto ecológico, en fin, toda una serie de cuestiones donde el estado tiene que tener los ojos puestos para que, precisamente, todos puedan existir.
En el ejemplo de París (y quizas tenga que ver con lo de NZ) es el estado el que subvenciona a los comerciantes porque no podrían competir con Carrefour, porque en la mirada macro a ellos les importa más que la ciudad siga teniendo la postal actual que es lo que el turismo quiere ver y que que los locales reconocen como propio. Entonces me parece valioso eso.
Flor B.;
En el ejercicio de la democracia cualquiera es libre de dar su opinión, así sea para escribir sobre lo que le dá diarrea o para aprobar comentarios de gente que después de haber leido un texto y comentarios extensos termina diciendo que 2000 posts hablan sobre mi aparato digestivo y excretor. Como dijo la gran pensadora Karina Olga: lo dejo a tu criterio.
Hay mucha cola de paja entre los fans de SB me parece. Se ve que tanto no me equivoqué.

September 22nd, 2011 at 14:11
11

Me parece que toda la discusión se puede sintetizar en que al cabo y a la postre, hay lugar para todos bajo el sol. A mí me encantó, por ejemplo, la comida mexicana y mientras estuve allá,no entré a una cadena franquiciada ni por error. En cambio, en un par de excursiones donde me atiborraron de patacones en Colombia, andaba a los gritos pidiendo un Mc Donalds. Me parece que todo está en la oportunidad y los gustos.Pero sí me pareció interesante el cuestionamiento al material descartable y me provoca el mismo rechazo que a vos el consumismo. Y te consta. Después de todo soy incapaz de distinguir un jean de marca de uno comprado en saldos y retazos de un almacén de ramos generales, lo cual no me hace más ni menos feliz que el resto, ni más o menos integrada a la sociedad. En definitiva ni me entero. Un beso Graciela

September 22nd, 2011 at 15:37
12

Me gustó la propuesta de revalorizar los cafés típicos, como lo hizo BS AS y también me parece que le debemos dar infraestructura a los cafés “turísticos”. Yo he ido a Starbucks un par de veces y confieso no he tomado café, me parece mal servido en esos vasito (servirá para quien lo lleva o toma caminando supongo) y considero otro ritual al de “nos tomemos un café”. Lo que si encontré en estos locales de la cadena es buen wifi para trabajar un rato sobre un sillón cómodo, cosas que en muchos cafés de Cordoba no hay. Mas allá de la cadena lo que busco es comodidad y buen servicio, para tomar cafe propiamente no elijo Starbucks. De esta manera no creo que todo el mundo vaya a caretearla a esos cafés. Que se ha convertido para muchos en una especie de culto geek, puede ser, pero no todos los que hacemos un tweet ahí somos iguales. Sirven unos muffins de chocolates que tienen el tamaño de una pelota de fútbol cinco geniales jaja, no tenes que recorrer cuatro veces el local para encontrar un enchufe y el cartel de wifi no esta al vicio.
En mi caso lo elijo por eso, pero no me desespera que venga a Cba, en todo caso, las ofertas locales no podrán tener “la marca” que arrastra pero deberían invertir en las comodidades que si ofrece este gran competidor que va a llegar.
Saludos

September 22nd, 2011 at 17:02
13

Graciela,
Tal cual. Y vos que sos cafetera por ahí vas al SB cuando abra 😀
Maxi,
¿Ves? Cuando se comenta analizando el artículo y se realizan aportes sobre puntos no contemplados sin tomarlo como personal es mucho más rico el tema. Me parecen excelentes tus aportes sobre el tema de la conectividad y que los cafés locales descuidan (que también mencionó Never).
Creo que sería otro punto a elevar a las autoridades de turismo y a las cámaras del sector. Como decía mi profe de turismo: lo que se invierte para infraestructura y servicios turísticos nos sirve a todos.
Y respecto a la crítica del consumismo (que va de la mano con la frivolidad y el narcisismo que también veo), es una opinión personal. Seguro que a muchos les puede molestar y será cuestión de que se hagan cargo de su conciencia.
Al que no está en la pavada no le va a importar decir que está comiendo mate cocido con pan o tomando café en el SB.

September 22nd, 2011 at 17:31
14
Ine

Me pareció muy simpático este articulo, he tomado muchos cafés y en distintas ciudades del mundo y mas allá de los nombres, estilos y envases, creo importante rescatar que lo que nos diferencia de otras culturas es el ritual que tenemos con respecto a muchas cosas que consumimos: el asado, la picadita,el mate, el vino y el cafe también. No hay nada mas lindo que encontrarte de casualidad con un amigo en la calle e invitarlo a tomar un café. En los bares arreglamos el mundo, somos directores técnicos, economistas, consejeros sentimentales, etc. Mas allá de la calidad del producto, lo lindo es sentarse a disfrutar de ese momento, tomarse ese tiempo.
También es cierto que muchos lugares decadentes en cuanto a las comodidades ofrecidas, la limpieza, la calidad de los panificados, etc.
Por eso, Bienvenidas todas las opciones!!!

September 22nd, 2011 at 21:07
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Lucas

Sinceramente no hay ninguna necesidad de competencia, entre una franquicia y una marca regional, las cosas en ese sentido son muy sencillas, por una cuestion de seleccion natural podria decirse que siempre prevalece lo que la gente quiere y no por eso hay que “rescatar o resguardar cosas que ya la gente no aprecia”, de ese modo que muchas cosas ya no existe porque fueron descartadas, porque? porque es obvio que para que vos tengas tiempo de escribir este post jamas seria posible sin todo lo que actualmente existe, pero fijate una cosa, el correo no dejo de existir porque internet apareciera, es cuestion de dejar a la gente que evolucione en sus gustos y como siempre digo, si no te gusta lo que “un boludo” escribio en su FB, FQ, TW, etc no lo mires, pero no critiques ni sanciones a quien no te hace nada, porque su opinion es de el y solo de el, como para que vos quieras etiquetarla, con eso que decia de no podrias escribir hoy este post sobre esta tematica si no hubieras avanzado tambien, porque no hubieras jamas accedido a todas las comodidades que te brinda una franquicia, porque? es tan sencillo como preguntarle a la abuela como era un dia tipico de ella, y fijte si le quedaba tiempo para otra cosa que ayudar a su familia, ni hablar lo que hizo por la mujer la tecnologia, hoy no cocinan, delivery, hoy no lavan a mano, lavarropas automatico, hoy no tenes que viajar a colombia para tomarte un cafe como la gente, tenes SB, hoy pueden trabajar y progresar por todo el tiempo que tienen libre de tareas que antes hacia en todo un dia, si hay alguien que deberia estar mas agradecido por estos avances son las mujeres, el hombre como siempre saca provecho de eso colateralmente, pero bueno, eso ya es otro tema.

PD: tengo serios problemas para escribir puntos y comas como corresponde, no lo hago de pereza, porque aunque no tengo tiempo para casi nada con que minimamente se entienda mi opinion me basta, no soy de los que necesita decir palabras elocuentes , touche, para que me entiendan, pero bueno de seguro ya criticaras eso y muchas cosas mas sobre mi comentario, porque vos si podes tener una opinion, pero de seguro yo no no?

September 23rd, 2011 at 9:14
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Ine,
Tal cual, cada ritual de la comida tiene su encanto. Recuerdo que en el Gran libro de la cocina Argentina se mencionaba el “Lenguaje del mate”. Ya voy a subir el texto porque a los materos les va a encantar.
Saludos!

September 23rd, 2011 at 19:42
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…Y si me preguntas donde vas a comer, prefiero ir al barcito de la obispo trejo que tiene papeles pegados en la pared que ir a Mc Donals (y ahí sí que te venden cartón, pero para masticar! y con juguetitos para que sea más digestivo).
El complejo del cual hablas está institucionalizado en todos los sectores de la sociedad, desde los “caté-caté”, hasta los más pobres.
En vez de SB vamos al otro extremo de la sociedad y vemos que se refleja de igual manera:
¿Porqué alguien que no tiene revoque en la pared tiene antena satelital?
¿Porqué alguien compra puflitos de colores en vez de leche para sus hijos?
¿Sabias de la costumbre de desayunar 2 criollos con una coca chica?
¿Porqué quemarse el estómago a las 8 de la mañana con el aflojatuercas? Muy simple, porque puedo y porque da “status” (aunque no sepa que significa esa palabra).
En fin, creo que somos unas pobres esponjas para las costumbres que mejor se venden, nada más.

September 26th, 2011 at 8:57
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W4r,
¿El de los papelitos es el que dice “Empanadería”, no? Nunca fui a ese, pero se lo ve simpático.
Concuerdo con que el complejo es muchísimo más abarcativo. Sin ir más lejos, cuando fuimos a grabar con la gente de CBS a la villa la mujer que nos recibió no tenía mesa ni sillas en la casa (comían en la cama) pero tenía un plasma 32 pulgadas. En un caso así la verdad no sé qué pensar. Si la tele es el único “lujo” que se puede dar una familia que no puede a acceder a otro tipo de consumos culturales (libros, cine, teatro, etc) o si es lo que hace que la exclusión no se sienta tanto.
Gracias por pasar a aportar tu opinión!

September 26th, 2011 at 11:31

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