18
May 2012

Reseña del Libro “Cómo la vida imita al ajedrez” de Garry Kasparov

Archived in the category: 52 libros 2014

Hoy traigo una “reseña invitada” a cargo de Guille que me iba haciendo lecturas de este libro mientras yo luchaba con el de Ally Condie. Ojalá se enganchen con este libro tanto como lo hizo él.

Garry Kasparov es considerado el mejor jugador de la historia, y no tiene ningún prurito en autodefinirse así. Sin embargo en el libro, nos cuenta más de uno de los errores que cometió y cómo su trabajo a lo largo de tantos años de ajedrez le sirvió para prepararse para encabezar la reforma política de la Rusia democrática post soviética.

Al margen que para mí fue uno de los libros que más disfruté últimamente (quizás debido al hecho de ser también ajedrecista), el libro puede ser leído por cualquiera aún cuando no juegue al ajedrez. Eso sí, para entender los ejemplos que él pone, es mejor saber algo de ajedrez.

En el libro, Kasparov cuenta anécdotas de ajedrecistas, que terminan siendo más personaje que lo que se esperaba, desde un galán empedernido como el cubano Capablanca, el ultra tímido y paranoico Rubinstein que se escondía en un rincón del salón a esperar que su rival moviera, el ultra obsesivo Alekhine que hasta a su gato le puso de nombre “Ajedrez” o el genio creativo de Mijail Tal, cuya anécdota es un clásico del ajedrez y Kasparov la rescata:

“Los caballos de Tal parecían más ágiles y sus alfiles más rápidos que los de otros grandes maestros. Tenía una capacidad de cáclulo enorme y ésa era solo una pequeña faceta de su talento. Tenía la habilidad de saber cuándo el cálculo por sí solo no bastaba para resolver el problema, tal como declaró en una famosa entrevista, donde comentaba sus pensamientos durante una partida complicada contra el GM soviético Vasiukov, y sopesaba la conveniencia de sacrificar un caballo:

Las ideas se agolpaban en tropel, Yo había trasladado una sutil respuesta para mi oponente, que había funcionado en una ocasión, a otra situación donde naturalmente resultó bastante inútil. De manera que tenía la cabeza llena de un caótico montón de movimientos de todas clases, y del famoso “abanico de variables” del que los preparadores te recomiendan que cortes las ramas más pequeñas, que en ese caso se expandía con una velocidad increíble. Y entonces, de pronto, por la razón que sea, recordé el famoso pareado de Korney Chukovski (un poeta que los niños de la URSS conocían muy bien [símil Piñón Fijo argentino]):

“Oh qué tarea tan dura fue 
arrastrar al hipopótamo fuera del estanque”

No sé por qué tipo de asociación apareció el hipopótamo en el tablero de ajedrez, pero aunque los espectadores estaban convencidos que yo seguía estudiando la posición, en aquel momento solo intentaba averiguar ¿cómo se arrastra a un hipopótamo fuera de un estanque? Recuerdo que pensé en palancas y en gatos hidráulicos, en helicópteros e incluso en una escala de cuerda. Tras considerarlo durante largo rato, admití mi fracaso como ingeniero, no sin cierto resquemor: “¡Bueno, que se ahogue!”. Y de repente, el hipopótamo desapareció. Se fue del tablero de ajedrez tal como vino. Repentinamente. Y al instante, la posición no me pareció tan complicada. En aquel momento, de algún modo me di cuenta que era imposible calcular todas las variables, y que sacrificar el caballo era, por su propia naturaleza, puramente intuitivo. Y dado que auguraba una partida muy interesante, no pude evitar hacerlo.

Y al día siguiente, me encantó leer en los periodícos que Mijail Tal, tras pensar detenidamente en la posición durante cuarenta minutos, y calcularlo minuciosamente, sacrificó una pieza.

Continuando con el libro, Kasparov también aprovecha para desmitificar algunas cosas relativas al ajedrez y al ajedrecista, y a relacionar el ajedrez con todo nuestro proceso de toma de decisiones.

Entre las definiciones de ajedrez que trae Kasparov, la que más me gustó es una del GM austríaco Stefan Zweig:

“Pero, ¿no es una descripción insuficiente hasta lo ofensivo llamar juego al ajedrez? No es también una ciencia, una técnica, un arte; algo que fluctúa entre esas dos categorías, como el ataúd de Mahoma fluctúa entre el cielo y la tierra; algo que aúna todos los conceptos contradictorios: antiquísimo y eternamente joven; mecánico en la ejecución y sin embargo, eficaz sólo gracias a la imaginación; limitado en un espacio geométrico y a la vez ilimitado en sus combinaciones… como prueba la evidencia, el ajedrez existe y ha perdurado más que todos los libros y las hazañas; es el único juego que pertenece a todas las personas y a todas las épocas; y del que nadie sabe qué divinidad lo legó a la tierra para matar el hastío, agudizar los sentidos y excitar el espíritu… la simplicidad de sus reglas está al alcance de los niños, los más burdos sucumben a su encanto, y, sin embargo, en el interior de ese cuadrado de límites inmutables, se desarrolla una especie peculiar de maestros, que no tiene comparación con ninguna otra, hombres con un talento exclusivo para el ajedrez, genios específicos cuya visión, paciencia y técnica operan con un patrón tan preciso como el de los matemáticos, los poetas y los compositores aunque armonizado en un nivel distinto.”

Y sobre el estereotipo erróneo de los ajedrecistas dice que en muchas naciones occidentales, el estereotipo del jugador de ajedrez es a menudo sinónimo de un enclenque desnutrido o un empollón inteligente aunque misántropo. Y no era ni remotamente el caso de los más grandes campeones.

Finalmente, en el libro también se encuentran algunas perlitas como frases tanto de Kasparov como de otros ajedrecistas que rescata, de las que traigo un par que me gustaron:

La mejor pelea es la que termina tras el primer golpe… y es mejor que lo demos nosotros.
Garry Kasparov

Una partida de ajedrez se divide en tres fases: la primera cuando confías que dispones de la ventaja; la segunda, cuando crees que tienes la ventaja; y la tercera, cuando sabes que vas a perder.
Savielly Grigorievich Tartakower

En definitiva, le recomiendo el libro a todos los jugadores de ajedrez, desde jugadores profesionales a casuales. Una joya de libro. Sumamente entretenido y además bien escrito. Si antes de leerlo no lo admiraba a Kasparov, lo terminará admirando; y si ya lo admiraba, sólo lo confirmará.

One comment for “Reseña del Libro “Cómo la vida imita al ajedrez” de Garry Kasparov”

1
edgardo

muy lindo tu comentario.

May 19th, 2012 at 11:31

Dejá tu comentario

Si este es tu primer comentario en el blog va a ser moderado. En caso de haber comentado antes va a aparecer normalmente; así que espero que sigas siendo tan educad@ como siempre.

Si vas a dejar una consulta lee primero los comentarios, quizás fue respondida ahí. Las preguntas que ya hayan sido respondidas en otros comentarios serán eliminadas.

Los comentarios que contengan direcciones de email, teléfonos o spam no serán aprobados. Los comentarios que no estén relacionados con el tema específico del artículo serán eliminados. También lo serán aquellos con lenguaje agresivo, intolerante o que no respeten opiniones de otros comentaristas.


Página 1 de 11
  • Política de privacidad del blog