10
Aug 2010

¿Quién elige los comienzos y finales en nuestra vida?

Archived in the category: Vida universitaria

El año pasado Pablo publicaba esto en su blog:

Hace unos cuantos años, saliendo de una conferencia, una persona se acercó y me pidió una tarjeta personal. Realmente no me acuerdo la cara de esta persona, pero me dijo algo que me marcó durante muchísimo tiempo.

Al ver mi tarjeta me preguntó porqué no ponía “Lic.” en la tarjeta personal, a lo que le respondí que porque no lo era!! estaba estudiando y trabajando, entonces todo se dilataba mucho y se hacía cuesta arriba…

Esta persona, me miró y me hizo una pregunta muy rara:

– ¿Sabés que quiere decir “Lic.” en la tarjeta??
– Licenciado, respondí
– No!! – me dijo – quiere decir que terminas lo que empiezas…

A partir de ese día el no terminar la carrera fue un recordatorio permanente de no finalizar lo que empezaba y siempre me pesó, a pesar de que como profesional ya estaba cosechando frutos.

Cuando leí estas palabras, me llamaron la atención dos cosas:

1- Que haya gente como este señor, con la lengua más rápida que el cerebro 😀
2- Que unas palabras tan huecas puedan afectar a alguien que está donde quiere estar.

Como yo también soy una “No-Licenciada que no termina lo que empieza”, me tomo la molestia de hacerme cargo de un comentario así para analizarlo en primera persona.

Veamos cómo son las cosas desde un principio y con la lógica del señor que te hace un fondo de ojo en la tarjeta personal:

Uno tiene derecho a elegir los principios, pero está condenado a tener finales previsibles.

Desde la óptica tan poco proactiva de este buen hombre, uno ingresa por una línea de montaje universitaria donde, como si fueran engranajes, nos van metiendo uno a uno los conocimientos, como si uno solo tuviera que “pasar”, que hacer un trayecto prediseñado con un final bastante obvio llamado “Licenciado”, “Ingeniero”, “Arquitecto”, etc.

Si uno cambia de planes se transforma en un objeto inacabado, trunco, a medio hacer… en sus mismas palabras “que no termina lo que empieza”.

¿Por qué si se puede elegir por donde empezar no se puede terminar cuando uno lo considere adecuado? ¿Quién, sino uno mismo, es el único capaz de evaluar algo tan personal como una desición así? ¿Por qué hacer las cosas sin manual está tan mal visto?

A ver, volvamos a contextualizar.

Hablamos de universitarios, de gente que ya es mayor de edad como para tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de ello… entonces ¿Por qué se confunde objetivos personales con cumplimiento de una curricula aprobada por el Ministerio de Educación?

En el camino que uno recorre en una carrera universitaria, hay conocimientos que nos acompañarán toda la vida y nos recodarán siempre que valieron la pena, y otros que olvidaremos medio segundo después de haberlos rendido en un final.

Creo que sea como sea que uno termine cualquier actividad, siempre hay una ganancia, siempre suma algo a su conocimiento, a su experiencia y a su visión del mundo.

Aún cuanto solo sea para saber que eso no nos gusta. Por lo tanto, aunque uno no termine formalmente algo, nunca se va con las manos vacías; todo está en la entrega y el compromiso que haya tenido en el proceso de aprendizaje… porque después de todo, de eso se trata ¡De aprender! De tomar lo que sirve y aprehenderlo. Y de descartar las boludeces. De sacar nuestras propias conclusiones y de ser críticos. De preguntar por qué una y otra vez. De argumentar y de exigir que los argumentos de los demás tengas bases sólidas para ver qué tan creíbles son.

Hace algunos años, una persona muy cercana a mi familia me hacía el insistente comentario sobre mi “carrera abandonada” (me da gracia el término, suena a una licenciatura en diseño llorando despechada por ahí 😛 ), y por qué no terminaba si me faltaba poco.

El poco o mucho no está en el tiempo, sino en las ganas y en el esfuerzo que uno quiera poner para concretarlo. Y yo la verdad no tenía (ni tengo) el más mínimo interés en hacerlo. No me cambia nada. Entonces, si no hay motivación ¿para qué hacerlo? ¿Para cumplir? ¿Con quién? ¿Con los demás? ¿Y yo qué gano?

Esta persona, que aprecio y sé de sus buenas intenciones, podría decirse que dejó muchas cosas a medio hacer en su vida: dejó sus sueños por casarse y después, a la vuelta de los años, su pareja la dejó a ella; dejó de desarrollar su potencial para ser esposa y madre, dejó de aprovechar su energía y juventud para confiar en las desiciones de otra persona que no terminó con lo que había empezado en el altar.

Y aún así, quizás esta persona volvería a elegir lo que eligió, quizás internamente sus objetivos están cumplidos. O quizás le duela más sentir el dedo acusador de la carnicería social del “no terminaste lo que habías empezado”.

De poco sirve ponerse metas frente a las expectativas hipócritas de los demás. Cuando una persona tiene la cabeza hueca de aforismos y postulados sobre lo que la vida es o debería ser, no hay más remedio que poner la sonrisa más cínica que nos salga y decirle en la cara: USTED ES UN PELOTUDO.

El pintor Francis Picabia dijo alguna vez: la cabeza es redonda para permitirle al pensamiento cambiar de dirección.

Y estamos condenados a eso si lo que esperamos de nuestra vida es irnos fortaleciendo en el camino, tomando nuestras propias decisiones, siendo mucho más nosotros mismos que una figurita que quiere encajar en lo que el entorno propone, cuestionando mandatos sin fundamentos y re-creando para adaptarlo a lo que nos interesa.

Los principios y finales de todo en mi vida son míos. Nunca nadie logró decidir ni unos ni otros. Nunca nadie logrará hacerlo, tampoco.

Finalmente, si algún día me encontrara con este señor, yo también le pediría su tarjeta para evaluarlo un poco.

De seguro que encontraría los clichés inevitables de alguien sin imaginación que cree que un diploma (más que los conocimientos que pudiere acreditar) es la gran cosa: papel comunacho, el título antes que el nombre, si es abogado doble apellido, fuente en cursiva, y la abreviatura del título en la dirección de un correo que, invariablemente, será de hotmail o yahoo 😀

22 comments for “¿Quién elige los comienzos y finales en nuestra vida?”

1
gaston

brillante el ultimo parrafo! jajaj es tal cual! bueno el resto del articulo puede que este bueno tambien 😛

August 11th, 2010 at 1:13
2

[…] This post was mentioned on Twitter by Dayanacba, Diego Robledo. Diego Robledo said: RT @Dayanacba ¿Quién elige los comienzos y finales en nuestra vida? http://bit.ly/cv1qHS […]

August 11th, 2010 at 6:49
3
Okrus

Me encantó este post. Qué bueno es encontrar de vez en cuando una cabeza con una mirada diferente. Yo soy “ingeniero abandónico” y por momentos me pesa más y por momentos menos. Últimamente ando más del lado de los “máses” así que me alegró leer tu reflexión.
Gracias.

August 11th, 2010 at 7:49
4
Karmakiller (Javier Pallero)

Comparto absolutamente tus pensamientos en éste post Dayana.

Yo vengo ser, a éste respecto uno de esos “estudiantes crónicos”.

Por más que algunos disfruten dándo cátedra de cómo debe vivirse la vida, yo disfruto eligiendo a quiénes escuchar. ¡Eso es muy importante!.

Quizá en la vida no conviene ser un buscador, sino un encontrador.

Si sucede, como a mí, que debí atrasarme en mi carrera porque no pude hacerme cargo de un negocio y estudiar al mismo tiempo (mas miles de peripecias personales), eso me convierte en un profesional de otra área.

Soy un estudiante crónico de la vida.

Y le doy noticias a algunos de éstos comentaristas: ¡todos lo somos!.

Leonardo Da Vinci no tenía título. Y así, miles de genios.
Hasta que no se descubrieron los cisnes negros en Nueva Zelanda, la comunidad científica europea establecía como principio epistmémico que todos los cisnes eran blancos.

Grandes pensadores, filósofos y epistemólogos como Edgard Morin, Taleb, Illya Prigoyine, etc. subrayan el poco valor que tiene el pensamiento especializado en el multifacético y cambiante mundo de hoy.

Se rescata la creatividad, la mente abierta y el pensamiento generalista. La capacidad de resolución de problemas y adaptación emocional, mas allá de las anteojeras de la “especialidad”.

No es tan bueno ser “especial”.

Estudiar es bueno, es necesario…¡por supuesto!.

Pero es a todas luces un error, pensar que en la educación formal (y sobre todo universitaria) uno adquiere formación integral y se lo prepara para “acabar lo que empezó”.

Un muchacho que tuvo algo de éxito, que era pésimo en matemáticas pero destacado en lo que le gustaba (muy motivado por lo visto) decía:

“Lo único que interfiere con mi conocimiento es la educación”.

¡Ah!, se llamaba Albert Einstein.

Un abrazo Dayana, muy bueno tu blog!

Javier Pallero (Karma)
– Estudiante crónico de Derecho.
– Pianista de oído, actor novel de teatro improvisado.
– Hombre, poeta, bravucón y amador autodidacta.

August 11th, 2010 at 11:40
5
Dayana

Gastón,
Lo de la trjeta es un clásico 😛
OKrus,
Me alegro que te sume para el lado de los menos.
Karma,
Me parece a mi o necesitabas desahogarte?
Espero que haya servido la catarsis 🙂
Saludos a todos!

August 11th, 2010 at 15:43
6
SIlvina

Me encantó el post!
Anoche, hablando de trabajos y profesiones, mi mamá me dice “una vez me dijiste que querías poner de una vez por todas el ‘Lic.’ delante del nombre”. “¿¿Yo dije eso?? La verdad es que ahora me chupa un egg”.
A mí también, hasta el día de hoy, me siguen preguntando por qué no me recibo, si me falta tan poco. Pero un título no me aportaría nada, ni me cambiaría en nada lo que soy, entonces prefiero utilizar mi tiempo y mi dinero en actividades más satisfactorias.
De cualquier manera, si tuviera el título, me preguntarían “por qué todavía no estás casada?” o “por qué no querés tener hijos?”.
Saludos!

August 11th, 2010 at 16:30
7
Karmakiller (Javier Pallero)

Jaja! Mi motivación es la de poner evidencia actitudes flojas.

Eso siempre es un modo de catarsis. La evidenciación.

Un poco lo que hizo el autor de la cita original, lo que haces vos después, lo que hacen los blogueros, los que seguimos comentnado…

jaja, no terminamos mas!.

un abrazo gigante.

August 11th, 2010 at 17:18
8
Dayana

Sil,
Pensé que vos si eras “Lic.”. Acá somos una majada de ovejas negras, eh? jajajaj.
Karma,
Tal cual.

August 11th, 2010 at 19:00
9

Comparto absolutamente todo Day! pero si hasta en los blogs veo ‘Ingeniero en Informática Juan Carlos Peteco Cangrejo’ ‘Licenciada Juana Mangana Peteca Crangreja’ como nick…a quién le importa!!! Diagnóstico: son bolud@s importantes 😀

Ahora como madre: mis hijas pueden hacer lo que deseen, por ahora estudian, saben que si un día no se sienten cómodas, dejan, aquí no ha pasado nada. La vida no pasa por un título!

Ahhh cómo me ha gustado que utilices el término “aprehender”, eso no se olvida nunca.

He conocido a tanto licenciad@ trucho, no quiero imaginarme a ese señor.

Besos!

August 12th, 2010 at 8:11
10

Que bien me vino leer ésto. Justo estoy pasando por un tremendo bloqueo con la tesis y el cierre de mi carrera. No sabes la energía que me consume solamente la PRESIÓN de TENER que terminarla, porque todos a mi alrededor ya insisten mucho con el tema (“te queda tannn poquito” dicen… mierda, no saben lo costosa que es una tesis??). Supongo que también les dí demasiada cabida en ésto.
Fue una bocanada de aire fresco leer ésto y cuanta razón tenés. Espero proyectar el final de MI carrera, basada en mis objetivos y anhelos personales.

Muchas gracias!!
Saludos

August 12th, 2010 at 14:00
11
Alicia

Dayana, me encanta recibir post tuyos a pesar de que hace poco descubrí el blog ( y aunque no hayas querido tenerlo, los demás agradecemos lo tengas).
Acuerdo con casi todo el contenido del post, salvo que el concluir una carrera comenzada ( y cronificada) es una valiosa herramienta INICIAL para desarrollarte en un ámbito laboral.
Fui una estudiante crónica y que, al mismo tiempo trabajaba como auxiliar de quienes ejercían esa profesión del título que no había logrado por falta de dedicación suficiente, otros intereses, etc. Fue mi esposo el que me dio en empujón ( y la espalda para apoyarme) hacia lograr el final de lo iniciado varios años antes.
Ese papel ( título que nunca lo encuadré y si me preguntás en qué lugar de la casa está guardado y el de postgrado y el de especialización también no sabría responderte con seguridad) mepermitió subir un escalón más en el ambiente laboral. Estoy llegando al final de esa vida “productiva” y he logrado subir todos los peldaños restantes de esa escalera ( Sólo sigue ser funcionaria política pero siempre me dediqué a trabajar y a mejorar y no a la política “partidaria”).

Durante ese proceso pude servir a las personas, formar a otros e incluso hacerme cargo de mantener a la familia en situaciones dramáticas, logré reconocimiento por acciones y sin necesidad de anteponer “título” a mi nombre en las tarjetas personales, pero si no hubiera logrado ese papelito habría tenido una vida tranquila,siempre en el mismo puesto de trabajo y MONOTONO ya que no hubiera tenido las oportunidades de aceptar desafíos de desarrollo.

Lo anecdótico de todo esto es que tuve eso que le nombramos como “vocación” al momento de elegir en qué carrera inscribirme , es más opté por una de las varias que me parecía podían llegar a ser interesantes ya que no sentía “vocación” por alguna en particular.
En fin, si estuviera en la etapa de cronicidad de ese entonces habría coincidido en TODO y no en CASI TODO contigo como lo hago ahora al mirar atrás. Un gran abrazo. Alicia

August 12th, 2010 at 14:28
12

Dayana, ¡me gustó mucho esta entrada! cuando terminé de leerla recordé un discurso de Steve Jobs (un tipo que nunca se graduó)que está en perfecta sintonía con lo que vos expresas.

August 12th, 2010 at 18:47
13
Dayana

Graciela,
También he visto esos casos. Es más, hace poco me crucé con un ex novio que como nuevo mail tiene arqluisXXXXX@hotmail.com 😀
Juli,
Es la peor parte la de la tesis. Si te suma, mostrales este post a los que te hacen el comentario del “falta tan poco”.
Alicia,
Me alegro que te guste el blog.
Sabía que en algún punto se podía interpretar que da igual no tener un título a tenerlo, y quiero dejar en claro que no pienso eso. Creo que el título tiene un gran valor y respeto mucho a los que han completado sus estudios. Creo que es fundamental para la sociedad contar con profesionales que se capaciten y den todo su potencial en la actividad que hacen.
En realidad el foco del post pasa por el hecho de pensar que la profesionalidad y el compromiso no vienen en combo con el “pedacito de papel”.
Algunas actividades exigen tener un título y una matrícula para realizarlas. Otras no, entonces es ahí donde quizás el título es relativo y la evaluación pasa por otro lado.
En mi caso, nunca fui una alummna crónica, más bien todo lo contrario, había adelantado materias y hasta me gané un premio del gobierno por mi promedio… lo que llevaba a muchos a ver como una tragedia griega que no quisiera terminar formalmente lo que yo ya había terminado adentro mío.
Fue un momento de “Ok, ya aprendí todo lo que había que aprender. Suficiente para mi, ahora quiero hacer otra cosa, no me gustaría trabajar de esto.”
Y listo, me dediqué a hacer otra cosa.
En el fondo creo que es una cuestión de conciencia: si uno siente que está en paz completando los pasos formales de la educación, está perfecto. Y si la elección es no tenerlo y que puede desarrollar todo su potencial así, también está bien.
Aunque suene cliché, lo importante es ser feliz con lo que uno ha elegido.
(Me ponen contenta los comentarios largos, así que gracias!!).
Ricardo,
Jobs siempre es el paradigma de gente sin título que llevo las cosas a un nivel muy alto. Conocía el video, pero siempre suma compartirlo.
Saludos y gracias a todos por sus comentarios!

August 12th, 2010 at 19:26
14
15

Cuando sean madres o padres, dejen que sus hijos vivan la vida, no me refiero a poner límites…sino a poder elegir lo que los haga felices.

A mi no me impusieron estudiar sino trabajar, estudié por mi misma…todo sirve es lo que les digo a mis hijas, más allá que si terminan o no, ellas decidirán los pasos a dar, los padres no podemos llevarlos de la mano a encontrar trabajo. Cuando se termina una carrera, es empezar de nuevo desde cero.

Lo importante es caminar la vida tratando de hacer cosas que nos hagan felices o tener momentos alegres…todo es tan subjetivo.

Cuando terminas la secundaria vine el terciario, terminado viene casamiento, apenas casados los hijos…jajaja los jovenes por suerte la tienen bastante clara.

No son consejos, por favor!

Lo que sí es un consejo mayor: chicas deben ser independientes siempre de sus parejas, esposos…tener su propio dinero, es lo único que le digo a las mías, no dependan jamás de nadie, busquen, no es feminismo, creo que se puede vivir compartiendo, pero siempre tener el dinero propio, fijarse muy bien en los papeles benditos!

Chauuu Day, buen fin de semana 🙂

August 13th, 2010 at 6:44
16
Dayana

Graciela,
Mi mamá dice lo mismo sobre la independencia de las mujeres, y más aún después de haberse quedado viuda con hijas chicas (entre 16 y 8 años).
Saludos!

August 13th, 2010 at 12:32
17

Muy duro para ella y ustedes. He crecido con mujeres trabajando, mis abuelas: Catalina viuda a los 29 con dos hijos, Juana igual edad de viudéz con 11 hijos :); mías tías todas trabajan; mi mamá igual. Hombres compartiendo la tarea doméstica.

Por qué caleidoscopio miraba cuando me casé, aún hoy me lo pregunto 🙂

August 14th, 2010 at 7:25
18

Yo estoy a favor de terminar las cosas si nos suma y nos sirve y nos interesa terminarlas. Y si no, no. Que lo importante debe ser buscar ser feliz… sea lo que sea lo que eso le implique a cada uno.

August 15th, 2010 at 0:30
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Samara

Simplemente…. BRILLANTE!

August 8th, 2011 at 21:00
21
Gracielaleo

Puedo aportar una pequeña anécdota que me demostró quién tenía la cabeza bien puesta y quién no.
Hace muchos años, un determinado profesional de una repartición pública, saltaba como leche hervida si le llamaban Sr. en vez de Dr. Hasta que uno de sus subordinados, lo puso justo en el lugar en que merecía estar, diciéndole:
-Tiene razón, DOCTOR, en marcar la diferencia, porque doctor se hace, pero SEÑOR se nace.
Un beso Graciela

July 29th, 2013 at 14:26
22

Graciela,
Muy bueno! Lo voy a anotar para usarlo por si alguna vez me hace falta 🙂

July 29th, 2013 at 18:48

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