31
Oct 2012

La literatura infantil y el “mercado”

Archived in the category: Literatura

Hoy leía un post titulado “El mercado no es blando sino duro” en el blog especializado en LIJ Donde viven los libros.

El artículo comienza con una cita de la escritora Graciela Montes que dice lo siguiente:

Porque el mercado no es blando sino duro. Por debajo de la profusión y de la variedad aparente, corren las reglas verdaderas de las ruedas del consumo, que no son muchas sino pocas, y muy severas.

El artículo en sí habla del papel que la industria en general, y los editores y autores en particular, tienen en la conformación de la oferta existente.

Me pareció interesante y coincido en muchas cosas. Sin embargo, hay otras en las que difiero bastante.

En un párrafo la autora dice:

“Según los registros de ISBN encontramos que en 2005 se publicaron 918de títulos bajo la categoría de libros para niños y jóvenes. En 2008, 1269 títulos y en 2009 (última información disponible en el sitio web de la CAL), 2699.” En cuatro años la producción subió en un 294%.

1- El asunto de “se publica demasiado” es algo que SIEMPRE se dijo. En el libro de Huxley “Si mi biblioteca ardiera esta noche” hay todo un artículo sobre eso.

Cada vez que leo esa queja me suena a que el autor piensa que el único que ha sido publicado con justicia, méritos y reconociendo su obra ha sido él.

La verdad sea dicha, los que más pierden con un mercado lleno de oferta son los que ponen plata: la editorial que pagó para hacer libros que no se venden, el librero que tiene material stockeado que no rota y el lector que tuvo la mala suerte de comprar un libro de porquería (a todos nos pasó lamentarnos por gastar plata en un libro que no nos gustó).
El autor no es que pierde dinero de su bolsillo, si no que deja de ganarlo por la cuestión de los derechos. Al menos en los de adultos sé que les suelen pagar el 10% de precio de tapa.

2- Todo autor (o músico) que no ha sido publicado lo primero que dice es que no hay oportunidades para nuevas voces, etc, etc. ¿Entonces en qué quedamos? ¿abrimos el juego a más gente para que aparezcan “nuevas voces” o somos conservadores y publicamos “solo lo que vale la pena”? ¿Cómo sabemos que alguien vale la pena si no hay una masa de público que lo evalúe o lo consuma previamente?

 

Más adelante, el artículo dice:

“Debemos dejar de hacer de la LIJ un mercado, un rancho donde al final te publican cualquier cosa”.

1- ¿A qué le llama mercado? ¿Qué tiene de malo “ser un mercado” cuando todos los demás rubros de la economía lo son? Cito al economista Juan Carlos De Pablo en su libro Levantemos la puntería:

A propósito: los mercados no existen (como soy economista lo puedo decir, ningún intervenciomaníaco no profesional se atrevería a afirmarlo). Quienes existimos somos los seres humanos, quienes no pudiendo -o no queriendo- satisfacer nuestras necesidades de manera individual, intercambiamos nuestros servicios laborales incorporados a las mercanderías y los servicios.

2- ¿Esto quiere decir que son los editores y autores los culpables de que la gente consuma porquerías y no se hacen cargo que son (gran parte de) la causa del problema? (si es eso, coincido con la crítica).

 

En otra parte del artículo la autora señala:

“[hay] autores de años que repiten y repiten y repiten el mismo mismo mismo cuento”.

¿Quiénes? ¿Por qué no se dan nombres cuando se afirman este tipo de cosas? ¿Por qué es tan fácil pegarle a Bucay o a Coelho (y si fuera música dirían Arjona) pero nadie se animaría a decir, por tirar un nombre, que García Márquez (o su equivalente en LIJ) ha hecho libros de mierda?

Hace un tiempo cambiaba impresiones con una autora de LIJ con varios libros publicados y le decía que me encantaba la  serie Natacha de Pescetti. Según ella el primero estaba bien, pero el resto era más de los mismo. Pero yo como lectora me considero fan de la serie, me compré cuatro libros de la colección y a los demás los saqué de la biblio de la que soy socia.

Si el público (yo) se (me) engancha con una serie (sea Natacha, Potter, Crepúsculo o las historias de F. Bonelli) ¿Qué tiene de malo que el autor alimente eso? Yo me compraría nuevos libros de Natacha (y eventualmente otros de Pescetti, aunque en mi casa no hay chicos y sus lectores tenemos más de 30 años). Yo quiero seguir comprando “mas de lo mismo” mientras lo que me proponga el autor A MI me parezca entretenido y original. Además, no siempre lo novedoso es sinónimo de bueno, más bien todo lo contrario.

 

Después de leer y confrontar algunas cosas que dice la autora de ese artículo, sigo creyendo que el mercado no es ni bueno ni malo, ni duro ni blando, es lo que sus actores hacen de él. Si los editores y los autores hacen libros mediocres, que no se quejen si no venden ¿no?

Si un autor publica sin preguntarse “¿vale la pena que esta historia pase al papel?” o publica diciendo “Escribo para mi y no me importa si vende o no”, que después no se queje de lo que “el mercado” le devuelve en términos económicos y de ventas, puesto que “ser comercial” o “ser marketinero” nunca fue su objetivo.

Y también estaría bueno que se deje de pensar que el público está conformado por pobres tontos que somos llevados de las narices por grandes editoriales para pagar por libros malos. A nadie le ponen una pistola en la cabeza para comprar novedades editoriales y best-sellers que, además, muchas veces se pueden piratear en Internet o sacar legalmente de bibliotecas públicas.

El que compra a Bucay, Coelho o Arjona ELIGE pagar por lo que esos tipos le están ofreciendo, a la vez que podría elegir o no pagar por gente políticamente correcta según vaya a saber quien.

El que tiene la inquietud de bucear contenidos específicos y de calidad en la rama del arte que sea lo va a hacer. Y al que no le importe, no. Tan simple como eso.

Dejá tu comentario

Si este es tu primer comentario en el blog va a ser moderado. En caso de haber comentado antes va a aparecer normalmente; así que espero que sigas siendo tan educad@ como siempre.

Si vas a dejar una consulta lee primero los comentarios, quizás fue respondida ahí. Las preguntas que ya hayan sido respondidas en otros comentarios serán eliminadas.

Los comentarios que contengan direcciones de email, teléfonos o spam no serán aprobados. Los comentarios que no estén relacionados con el tema específico del artículo serán eliminados. También lo serán aquellos con lenguaje agresivo, intolerante o que no respeten opiniones de otros comentaristas.


Página 1 de 11
  • Política de privacidad del blog