Sé que uso a Galeano para ilustrar todas las efemérides pero ¡es muy bueno!
Otra historia de Bocas del tiempo que Eduardo escuchó por ahí:
Lord Chichester
En una playa de estacionamiento de las muchas que hay en Buenos Aires, Raquel lo escuchó llorar. Alguien lo había arrojado entre los autos.
Se incorporó a la casa, se llamó Lord Chichester. Tenía poco tiempo de nacido y ya era desteñido y cabezón. Quedó tuerto después, cuando creció y se batió en duelo de amor por la gata Milonga.
Una noche, cuando Raquel y Juan Amaral estaban sumergidos en la más profunda de las dormidumbres, unos feroces chillidos los hicieron saltar de la cama. Chillaba Lord Chichester como si lo estuvieran desollando. Cosa rara, porque él era feo pero callado.
Algo le duele mucho –dijo Juan.
Siguiendo los chillidos, llegaron al fondo del corredor. Raquel aguzó el oído, y opinó:
–Nos está avisando que hay una gotera.
Deambularon por la antigua casona, hasta que ubicaron el clip–clop de la gotera en el baño.
–Ese caño siempre perdió –dijo Juan.
–Se va a inundar–temió Raquel.
Y discutieron, que sí, que no, hasta que Juan miró el reloj, casi las cinco de la mañana, y bostezando suplicó: –Vamos a dormir.
Y sentenció:
–Lord Chichester está loco de remate.
Ya estaban por entrar al dormitorio, perseguidos por los chillidos del gato, cuando el techo, viejo y agrietado, se desplomó sobre la cama.
En este post quiero aprovechar para recordarles que siempre pueden colaborar con los refugios de animales de Córdoba, adoptar gatos, adoptar perros, aprender a que no hay que comprar gatos con perros (¡ni peras con manzanas!) y aprender más de los bichos leyendo el blog de un veterinario.
Feliz día para mis chicas Yiyina, Bubulina y Nina (las tres rescatadas de la calle); y sin fotos Bianca, una dobermann fanática de las pelotas y los peluches, y Mili, una gata viejita poco amiga de los flashes 😀