21
Jul 2011

50 defectos femeninos – Ayuda-memoria para hacer una autocrítica sincera

Archived in the category: Personal

Graciela Fernández en su libro Manual de Instrucciones para Recién Separadas lo define con precisión quirúrgica:

La autocrítica es algo así como sacarse el cuero a sí misma con el rigor científico, la saña y la ponzoña con que se lo sacamos a otras/os.

¡Magistral!

¿A qué viene este tema de la autocrítica? A que pienso escribir un post para criticar a los hombres, claro 😀 Pero antes de eso, y para que a los muchachos no les agarre el ataque de caspa que le sigue al ego herido, será sano que yo misma como mujer haga punta en buscar un equilibrio hablando de esos pequeños detalles que nos hacen insoportables.

Si bien no me identifico con muchas cosas de las que nombraré aquí, por cuestiones estilísticas las tomaré como propias para no hablar de amigas imaginarias ni escrachar a gente que lo merecería con toda justicia 😛

Aviso importante:
Para las mujeres: tómenlo con humor y háganse cargo de la parte que les toque.
Para los hombres: tómento con humor y no aprovechen para hacer leña e incinerar a las mujeres.
Para todos: estos defectos van más allá de las relaciones de pareja e involucran también a las relaciones de amistad, con colegas, vecinos, conocidos, familiares y otras “víctimas” que se crucen en el camino.
Muchos de estos defectos también están presentes en los hombres.
Los ítems están numerados sin un orden de mérito, simplemente los escribo mientras me voy acordando.
Como está escrito en el formulario de comentarios, no se aprobarán mensajes agresivos, intolerantes y mucho menos misóginos. Así que se portan bien.

50 defectos femeninos

  1. Chusmas: nos encanta saber de la vida ajena más que a Jorge Rial y a la Canosa juntos, para después desperdigar esas novedades por el mundo como quien sopla pompas de jabón.
  2. Mete-púa: es un término cordobés que viene a querer decír que si no hay problemas hacemos todo lo posible por crearlos. Y si los hay, somos las que aportamos gotitas de agua hasta que rebalse el vaso.
  3. Criticonas: de la mano con ser chusmas y metepúa viene lo criticona, aunque no es exclusivo de estas situaciones. Es común criticar a los hijos por las decisiones, a las hermanas por como se visten o al novio por cosas de su trabajo.
  4. Demasiado habladoras. Una reunión de mujeres es como una bandada de loras: hablan todas al mismo tiempo, a los gritos y sin escucharse las unas a las otras.
  5. Gritonas: pareciera que llega un momento en la vida en que si no se grita nadie hace nada. Ya sea al marido, a los hijos, al perro o cuando nos juntamos con amigas, si no hablamos dos tonos por encima de lo normal no somos felices.
  6. Indiscretas: somos incapaces de guardar secretos y de cerrar la boca. Desde la amiga que te cuenta que está embarazada y se entera tu vecina antes que el padre de la criatura, hasta la que cuenta con lujo de detalles la situación financiera de la empresa del marido en la peluquería.
  7. Mal pensadas: ¿A quié no le ha pasado caer a las 7 am a la casa y que la vecina madrugadora que está barriendo la vereda ponga cara de “¡Qué juventud perdida!”?
  8. Prejuiciosas: somos de fijarnos demasiado en los demás y emitir juicios vaya a saber con qué fundamentos. Y encima nos juntamos con otras mujeres con prejuicios similares para sacarles aire de verdad.
  9. Quejosas: uno de los rasgos femeninos salientes en los que hizo especial énfasis Pilar Sordo en su charla fue la queja femenina constante que tienen soportar el resto de las personas que conviven con ella.
  10. Acaparadoras: por alguna razón detestamos delegar. No confiamos en nadie más que nosotras para hacer las cosas. El típico ejemplo es la madre que se va 10 días de vacaciones imaginándose que a su vuelta la casa se habrá caído a pedazos. Cuando vuelve y ve que hasta el perro está más contento, se deprime.
  11. Celosas: fundamentalmente de la pareja. Pero también de los amigos, padres, hijos, etc.
  12. Egoístas: cualquiera que haya vivido en una casa con otras mujeres sabrá que la tercera guerra mundial se desata cuando alguien usó una prenda que no le pertenecía o se comió el último postrecito de chocolate que estaba en la heladera.
  13. Malhumoradas: si el perro rompió una maceta en el patio podemos pasarnos todo el día de mal humor, refunfuñando contra el pobre animal y fastidiando a todos los que están a nuestro alrededor.
  14. Falta de humor: hace un mes atrás veía el programa de Sergio Zuliani donde comentaba que las mujeres no teníamos la capacidad de los hombres para reirnos de cualquier pavada. Y quizás algo de eso haya.
  15. Caprichosas: obligar a la gente a que haga nuestra voluntad por más extraña que sea. Desde nenas de mamá que siendo boludas grandes tienen regresiones a la hora de comer, hasta las que le hacen planteos de toda índole a sus novios.
  16. Traicioneras: un gran tabú de las relaciones femeninas, y sin embargo ¡es tan común! Los hombres son corporativos, incluso si no se bancan. En cambio las mujeres no dudamos en criticar sin asco a la “amiga” que no está en la ronda de mate.
  17. Desconfiadas: si a una mujer se le metió una idea contra algo o alguien, es muy difícil que busque datos empíricos para comprobar su hipótesis y si lo hace, lo mismo seguirá desconfiando.
  18. Crédulas: en el mismo cuerpo de la desconfiada convive la que va a tarotistas, brujas, curanderas. La que mantiene al vividor, al jugador, al adicto porque cree que podrá recuperarlo con su amor. La que confía en su nene mimado cuando le dice que sus malas notas son porque las profesoras del colegio le tienen bronca.
  19. Inseguras: todo el tiempo buscamos la opinión externa en un sentido retórico. No queremos respuestas literales sino respuesas que nos hagan sentir seguras. La más famosa de ellas es “¿Estoy gorda?”
  20. Maternales: la unica maternalidad positiva es la que se ejerce con los hijos propios. El resto es de locas que somos. Tratar al marido de 60 años como a un infante que no sabe ni ponerse las medias solo no dá. Y preguntarle al cartero si no está medio desabrigrado y aconsejarle que se ponga un saquito, tampoco.
  21. Extremistas: no tenemos término medio. Podemos pasar de ser una madre cariñosa a la mañana a arrear a los chicos a los gritos a la salida del colegio por la tarde.
  22. Pensamiento mágico: imaginar príncipes azules todo el tiempo y quejarnos porque en el mundo real solo hay plebeyos.
  23. Maniáticas: obsesivas con las cosas más insólitas. Limpieza, ropa, hijos, costumbres, el pelo, etc, etc, etc.
  24. Paranoicas: pensamos que el mundo está en nuestra contra. La frase típica, con codazo incluído al decirla, es “¿Viste como me miró ese/a?”
  25. Mentirosas: otro tabú. Aunque cabe aclarar que las mujeres mentimos más por engañarnos a nosotras mismas que por engatuzar a los demás. Ejemplos: “Te juro que no se lo digo a nadie”, cuando ya tenés en mente a quien le interesará enterarse de eso. “Un pedacito y no como más”, cuando sabés que te vas a comer la torta entera. ¡Y hasta están las que hacen trampa en los test de la Cosmo!
  26. Mandonas: somos felices si todo el mundo hace lo que decimos y si agachan la cabeza mientras tanto.
  27. Invasivas: no hay cosa que enferme más a un hombre que sentarse a mirar un partido con los amigos y que nosotras nos apenquemos al medio y lo hagamos pasar vergüenza.
  28. Histéricas: la histeria femenina podría definirse como el “Gusto por gustar” y es una de las cosas que más detestan los hombres y que más achacan como uno de los peores defectos femeninos.
  29. Gatafloras: no es lo mismo que la histeria aunque se le parezca. El gataflorismo es quejarse por la falta de romanticismo del marido y retarlo cuando gastó plata en comprarnos un ramo de flores.
  30. Complacientes: la necesidad de agradar y de encajar muchas veces nos lleva a comer los bodoques de masa que nuestra suegra llama ravioles o a juntarnos con nuestra cuñada a la que detestamos con el alma por quedar bien con nuestra pareja.
  31. Manipuladoras: desde el llanto novelesco hasta fingir o exagerar el orgasmo, cuando actuamos como pareja. Hacernos las nenas de papá, como hijas. Y fingir que nos quedan dos meses de vida, como madres.
  32. Chantajistas: ¿Quién no ha dicho “Si X te hago Y”? ¿En qué novela no hemos visto el “si me dejás me mato”? ¿Cuantas veces hemos escuchado en la primaria a nuestra compañerita decir “Si sos amiga de ella no sos más mi amiga”?
  33. Superficialidad: cuando gran parte de las palabras que se usan en el día se dedican para chusmear y quejarse, no se puede esperar que la profundidad en lo que se comunica abunde.
  34. Acomplejadas: jamás podemos aceptarnos como somos. La gorda quiere ser flaca, la flaca quiere engordar, la linda se hace cirugías y la petisa nunca se baja de los tacos.
  35. Creídas: podría haber usado “Vanidosas”, pero no me parece que sea lo suficientemente fuerte como adjetivo. Muchas veces nos pasamos de rosca ponderando atributos positivos o alucinando cualidades que claramente no tenemos.
  36. Machistas: existe el machismo femenino. Desde la que no concibe una mujer que no limpie, cocine y crie chicos hasta la que piensa que es mejor quedarse callada y que los hombres son los que mejor pueden hacer las cosas en todos los ámbitos.
  37. Feministas: tan malo como el machismo es el feminismo extremo. Las que anulan a los hombres, los desprecian, tienen prejuicios, rencor y por culpa de los malos ejemplos que nunca faltan las que meten a todos los muchachos en la misma bolsa.
  38. Dependientes: desde el cliché de ir al baño en grupo hasta no anotarse en el gimnasio si no va la amiga. Parece que necesitamos del apoyo grupal para hacer cualquier cosa.
  39. Exageradas: de algo que es una pavada hacemos un drama épico. Si el nene se tropezó y se raspó la rodilla hace un escándalo como si le hubieran amputado la pierna, si el hijo adolescente llega tarde de la facultad empieza con “¡¡¡¡¡Podrias haber llamado para avisar, pensé que te había pasado algo ¿¿¿No ves los noticieros???!!!!!
  40. Ciclotímicas: un día estamos bien, al otro mal, al otro eufóricas, al otro tiradas en la cama. Desgraciadamente somos un cóctel hormonal y en muchos casos según el día de nuestro ciclo en el que estemos podemos sentirnos mejor o peor… y el resto tiene que aprender a convivir con eso.
  41. No perdonamos: un clásico es “perdonar” a alguien y tiempo después y en otra discusión por algo que nada que ver traerlo a colación y echarlo en cara.
  42. Incapaces de olvidar: relacionado con lo anterior, para perdonar de corazón es necesario olvidar la ofensa recibida, pasar la página y nunca más tocar el tema. Pero lo que en realidad más le molesta a los hombres es la capacidad femenina de recordar hasta el mínimo detalle de lo que sea y traerlo como prueba en una discusión.
  43. Indecisas: no podemos decidir entre una remerita blanca o una color hueso, entre salir o no salir con ese chico que nos invitó y generamos una audiencia pública entre amigas para tomar decisiones que son estrictamente personales.
  44. Complicadas: un claro ejemplo traído desde Atención Viandante, cómo contamos un hecho casual las mujeres: “No sabés, me encontré con Rosita, la sobrina de Miguel, que se hizo las lolas hace dos años y después empezó a salir con el gerente del banco, donde trabajaba la hija de la Chochi…. (cincuentra y tres blas después)… y al final me encontré una moneda de un peso tirada en el suelo”. ¿Por qué somos incapaces de hacerlo simple?
  45. Ostentación de la tontería: en este caso citaré a Isaac Asimov “En los viejos días, la rutina era que la mujer no tuviera ninguna instrucción (¿para que querían una educación formal?). También se suponía, generalmente, que el cerebro de la mujer era biológicamente inferior al del hombre. Como resultado, un hombre daba por seguro que tenía que ser más brillante que su esposa, y que sería insoportablemente humillante que ella llegara a mostrar señales de ser más brillante que él. Ahí se originó el pensamiento (todavía generalizado, gracias a la tradición) de que una mujer joven debe ocultar su inteligencia y pretender que es tonta, y hasta imbécil, o “ningún hombre la buscará”. Normalmente, en una mujer la tontería es considerada “encantadora”. Y, por supuesto, si una mujer — por prudencia— nunca utiliza su cerebro, finalmente pierde la posibilidad de ponerlo en acción.”
  46. Insistentes: la tenacidad es una virtud, pero la insistencia es lo que fastidia a cualquiera.
  47. Vuelteras. Otro aporte desde Atención Viandante, el monólogo “¿Qué te pasa?” de Adrián Gómez:
    “(…) en ciertas ocasiones tengo la intención de salir con mi señora, pero… parece mentira… TRES PALABRAS suelen impedir que estemos juntos…
    Si… TRES PALABRAS… las peores TRES PALABRAS que puede pronunciar un hombre: “¿QUÉ TE PASA?”…
    Porque suele suceder que a veces uno la encuentra un poco extraña a su mujer, y cuando eso sucede ¿Qué hace?… LE PREGUNTA “QUÉ TE PASA”…
    Y cuando le pregunta “QUÉ TE PASA”, SIEMPRE… INVARIABLEMENTE ella le responderá “NADA”… y ahí es donde comienzan los problemas. (…)”
  48. Castradoras: empezamos a prohibir que coma con sal, que vea ESPN, que se junte con el amigo separado y terminamos siendo su peores que su propia madre, lo que ya es mucho decir.
  49. Rompebolas: si nos hemos reconocido en muchos de estos defectos, llegaremos a la conclusión que somos rompebolas. Y si no, también los somos. No hay hombre que no vea en una mujer a una rompebolas en potencia.
  50. Faltas de autocrítica: lo peor que nos puede pasar es pensarnos perfectas, colmadas de virtudes y unas santas. Un baño de realidad no nos hace mal de vez en cuando.

Seguramente habrá algunos más, espero que los incluyan en sus comentarios.

9 comments for “50 defectos femeninos – Ayuda-memoria para hacer una autocrítica sincera”

1

¿Que te pasa?… Nada!… y pone cara de que en cualquier momento de muerde. JAJAJA.

Saludos de alguien que trabaja rodeado de 8 mujeres y es el unico hombre en la oficina.

July 21st, 2011 at 18:23
2
Dayana

Fernando,
Mañana pueden discutir el post a la hora del almuerzo, jajajaja.

July 21st, 2011 at 18:41
3

Para balancear, espero el post con las 50 virtudes, que también las tenemos. ¿o no? Un beso

July 21st, 2011 at 22:39
4
Graciela

jajaja siempre he preferido trabajar con varones, sí que saben guardar lo que contás.
Cuando alguna de éstas chicas viene con ‘sabés lo que dijo tal? Resp: ‘que me lo diga directamente a mi’ 🙂

Somos bichitos raros, a veces los hombres no nos entienden, porque ni siquiera nosotras sabemos lo que deseamos.

El chusmerío de cómo estás vestida, como criás a los hijos, lo que hacés o no, fue fatal en mi último trabajo ahhh tener jefe mujer! ohhh no sé si ha sido ese grupo 🙁 era como el Gran Hermano.

Las mujeres son lo más machista que he escuchado…bueno creo que te queda claro que prefiero trabajar con varones, tengo más amigos varones que mujeres.

Besitos 🙂

July 22nd, 2011 at 8:30
5
Dayana

Gracielaleo,
Hasta que no hagamos la autocrítica no podemos hacer la crítica ni ponderar las virtudes.
Graciela,
Si, en mi caso también prefiero trabajar con varones por las mismas causas. Creo que a muchas mujeres les cuesta focalizar e ir directo al grano.
Sin dudas las cosas que más me molestan son los 3 primeros puntos: chusmas, metepúa y criticonas. Es realmente insoportable escuchar a gente así ¿No tendrán algo más interesante de que hablar?

July 22nd, 2011 at 9:46
6
Graciela

No mi cielo, viven en una nube de pedos, son aquellas que trabajan porque en la casa se aburren, tienen todo lo que desean…en mi caso trabajar ha sido una necesidad…es una necesidad.
¿las conversaciones? giran alrededor de todo lo que a mi no me interesa:lo que está de moda, si Juanita se compró tal cosa, se creen las ‘bichas’ de la vida, las que lo saben todo.

El chusmerío no me gusta ni con mis amigas, cuando nos juntamos nos reímos de lo que nos sucede a nosotras, porque para llorar o quejarnos noooo jajaja

July 22nd, 2011 at 9:52
7

Wow! Interesante entrada en este blog. La primera vez que dedico minutos y fueron divertidos. Vaya que enumeraste una lista. Soy hombre, así que no puedo opinar, nomas ver y observar.

July 26th, 2011 at 3:39
8
Dayana

Jorge,
Se puede opinar, por qué no?

July 26th, 2011 at 14:43
9
avisponverde

te faltO un defecto,distraidas , mi amorcito(que no es susuky) estaba franeleando la cocina con un calzon que estaba en la ropa sucia,jeje

August 18th, 2011 at 9:10

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