Este título forma parte de la colección Dulce de leche publicada en el diario La Voz del Interior en 1995/96.
Cuando leí el título me pareció piola que hubiera un ingrediente local en la historia y que un escenario típico cordobés apareciera reflejado en el relato. Sin embargo, cuando me sumergí en el texto vi que era poco lo representativo de la ciudad que se había incluído.
Sacando el nombre del río, podría decirse que el relato podría haber sido en el Paraná, en el Río de la Plata o en algún riacho de por ahí. No es suficiente que aparezcan un carro de choripanes y un estudiante como personajes para centrar la historia en Córdoba.
Aparte de esto, está el tema de la sirena y del interés que concentra, aunque al final del texto todo se resuelve en que se va con un sireno que pasó como para liquidar el asunto de una manera simple y directa.
El punto a favor del texto lo voy a poner en el relato radial que se hace de la pelea entre el estudiante y el pejerrey. Está bastante bien, sin que por eso me haya mejorado la impresión general del libro.
Definitivamente, no me gustó el cuento. El título prometía pero el desarrollo fue flojo.