Sé que muchos de los que llegan a este blog buscando leyendas típicas de Córdoba o de elementos naturales que están presentes en la geografía local, es por eso que me pareció que les sería de gran utilidad conocer esta publicación que recopila gran cantidad de leyendas de diferentes lugares y culturas de nuestro continente.
Antes de ir a la reseña del libro propiamente dicha, me gustaría citar un párrafo de un comentario que me dejaron hace un tiempo:
las leyendas son inventos para fomentar el turismo. Anibal Blois Un poeta coscoino escribio la historia de Camin Y Coscoina, no hay ningun dato de que alguna vez existieran. Nacieron de la necesidad de tener una historia que caracterize al pueblo o algo para decirle a los viajeros.
Me parece un poco triste que haya personas que vean en una creación literaria del tipo que sea un “invento para fomentar al turismo”, dicho de una manera tan peyorativa y poniéndolo casi como si fuera un insulto a la inteligencia de los pobres turistas que tienen la “desgracia” de caer en un pueblo de cuenteros.
Para que quede claro: TODAS las leyendas son un invento del alguien. Algunas perdieron su autor original porque han pasado por tantas generaciones que ya nadie sabe de dónde salieron. Por el contrario otras tiene un creador conocido o hay recopiladores que han puesto por escrito de su puño y letra cosas que andaban sueltas por ahí. Quizás Galeano y Miguel Angel Asturias sean dos de los casos más conocidos.
Las leyendas existen como una forma de explicar el mundo de una manera poética en la actualidad. Tan sólo eso. El que quiera buscar verdades que vaya a los manuales botánicos, zoológicos o a los libros de historia; pero por favor no venga a contaminar mis oidos con su necesidad de realidad cuando tan sólo quiero los cinco minutos de magia que me brinda una historia de este tipo.Habiendo dicho esto, pasemos al libro del día.
Lo bueno de este libro
– La variedad: hay leyendas locales, nacionales, de sud, centro y norteamérica. También hay relatos aborígenes y otros del imaginario popular de entornos rurales o semirurales. Hay textos que se refieren a cuestiones históricas, otros que explican fenómenos naturales, geográficos, etc.
– Las historias: a muchas las conocía y algunas otras fueron un descubrimiento, pero en general todas son buenas historias. Varias de las que mencionaban a la patagonia las encontré también en los libros Lo que cuentan los mapuches y Del amor nacen los ríos (debo confesar que me gustaron mucho más las versiones de estos libros de la colección Cuentamérica).
– Las referencias a los orígenes de las historias: muchos de los textos son recopilaciones de materiales publicados por otros autores como Leopoldo Lugones, Julio Viggiano Esaín, entre otros. De todas maneras es muy bueno poder conocer el origen para rastrear bibliografía o textos específicos sobre algún aspecto de la historia que se desee ampliar.
– Datos extra: algunas leyendas están acompañadas de datos “reales” que a veces son de color y otras aportan información interesante y sintética sobre algún aspecto del relato.
– Son textos cortos, fáciles de leer y escritos pensando en un público docente, principalmente.
Lo no tan bueno
– El estilo. No he leído otras cosas de esta autora y todas estas críticas van con el mayor respeto y la sinceridad del mundo respecto a lo que leí, pero a mi modo de ver hay tres problemas (graves, si se pretende escribir para un público general) que noto en este libro:
- El autor que le habla al lector: ya lo he dicho muchas veces en otras reseñas ¡no quiero que el autor me comente lo que escribe ni que me cuente que está contando! ¿Acaso tengo manera de contestarle a un libro de papel?
Puedo aceptar preguntas retóricas, puedo aceptar algún pensamiento en voz alta, pero leer “Pienso que ustedes como yo quedamos desorientados y llegaremos a la conclusión de que hasta los seres más perversos de la tierra tienen algún gesto de bondad” y otros comentarios por el estilo me pone de mal humor. - El tonito de docente primaria: debo decir que para un lector adulto que lee por gusto resulta molesto encontrarse al principio o final de varias historias con comentarios tipo “Esta es una hermosa leyenda que nos muestra la dicotomía entre la guerra y la paz, entre el odio y el amor”.
Una frase así no sólo puede aplicarse a miles de textos, sino que es totalmente innecesaria y me hace sentir como si fuera una criatura de primer grado a la que le tienen que decir las cosas como si fuera tonta. Y créanme que los chicos de seis años -que son más vivos que la mayoría de los adultos que conozco- también se darían cuenta que la seño atrasa ochenta años con comentarios de este tipo. - Comentarios ideológicos o moralizantes: como si los dos ejemplos de arriba no fuesen suficientes, no faltan la toma de posición sobre algunos hechos o el refuerzo moralizante explícito redundando sobre el mensaje sutil que ya contó la leyenda.
Creo que estos problemas son un vicio de la actividad que tienen muchas docentes de larga carrera.
Hace algunos años hice un curso de teatro con una maestra que poco le faltaba para jubilarse y una de las cosas que más le costaba al profesor era que la mujer saliera de su tono monocorde escolar entrenado a lo largo de treinta años. Lo que funciona muy bien en un lugar es totalmente inadeacuado en otros.
En síntesis: creo que el libro está bueno si sólo tomamos en cuenta las leyendas y pasamos por alto los comentarios que no aportan nada. Se podría haber reducido 1/4 de libro dejando sólo lo necesario.
Narrativamente los textos de este libro son un poco secos, les falta la belleza poética que tienen los de Cuentamérica que señalé en los primeros párrafos (aunque hay que aclarar que esos están escritos como cuentos); pero me parece que se ajustan más a la versión de leyenda sintética que escucharíamos de lugareños o de guías turísticos y que recordaríamos fácilmente.
Creo que es un libro para que las maestras lo usen en el aula funciona bien, pero es muy posible que el público general le quede un sabor agridulce como a mi. Para un chico ni se les ocurra, hay montones de libros buenísimos con lenguaje del siglo XXI.
Como siempre digo, mis críticas son sinceras, con la mejor buena voluntad y totalmente subjetivas. Que a mi no me haya gustado el estilo no quiere decir nada y al que le encante me parece perfecto y sería genial que lo comente.
Para quienes quieran leer leyendas cordobesas, les recuerdo que tengo varias publicadas (no todas tienen su autor o la fuente original, si uds los conocen les ruego que me lo hagan saber así coloco el crédito correspondiente).
Leyendas urbanas
– El fantasma del Colegio Monserrat.
– La pelada de la Cañada I.
Personajes
– Camin Cosquín y Cosco-Inna
Areas naturales
– Leyenda del Champaquí I y II.
– Leyenda del Cerro de Villa del Dique.
– Leyenda del río Agua de Oro.
– Leyenda de Ansenuza (Mar Chiquita).
Aves
– Leyenda del hornero I y Leyenda del hornero II. Poema El Hornero de Leopoldo Lugones.
– Leyenda del chajá.
– Leyenda de la tijereta.
– Leyenda del tero.
Plantas
– Leyenda del ceibo.
– Leyenda del algarrobo I y II.
– Leyenda del clavel del aire.
– Leyenda del lapacho.
– Leyenda del jacarandá.