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12
Feb

Vacaciones en Uruguay 2009 (o como le caí a un bloggero sin que me invite)

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Posted by: Dayana Barrionuevo - 9 Comments

De vuelta por las pampas cordobesas después de 10 días en Uruguay, nobleza obliga a escribir este post agradeciéndole a Ale por recibirme tan amable y pacientemente en su casa de La Paloma, un pintoresco pueblito balneario de la costa uruguaya.

Hace como 15 días atrás estaba yo aburrida, con el msn predido y de golpe le digo a Ale si hay hostel en La Paloma y el me dice que tiene una casa y que con cuanta gente voy.

– Yo sola nomás.

Y bueno, así a los tres días y sin mucha planificación (como todos mis viajes) caí a Uruguay por primera vez. No hubo mucho tiempo para ver el paisaje porque el vuelo me dejó tan solo en una hora en Montevideo. De ahí, y en Playa La Palomabondi, llegué hasta La Paloma.

Toshiba SatelliteUna de las cosas particulares de ir a la casa de un bloguero es que hay algo infaltable: internet 24 hs.
Y por ser bloggero uruguayo hay una mas: un termo wi fi que lo provee de mate las 24 hs del dia 😛
No era leyenda urbana que a los uruguayos el termo les crece como un órgano más. Los vi tomando mate mientras caminaban en la calle, en el aeropuerto, mientras atendían sus negocios… bastante más materos que acá. Como no tomo, opté por el té de naranja de microondas (algún gadget necesitaba pa’ no ser menos 😀 ).

Cada día le usurpaba la notebook a mi sufrido anfitrión después de levantarme a eso de las 3, 4 o 5 de la tarde mientras me ocupaba de malcriar con pizza y budin a Michigan, la perra pastor alemán de Don Spamloco, que algunos días vino a despertarme moviendo la cola. Fue bueno que Ale no imitara eso, destruiría su reputación entre los bloggeros.

Algunas de las actividades durante el día eran ir a caminar con Michi a la playa, tomar sol o a dar vueltas por ahí. Sí, también actualizar los blogs y hablar por MSN y leer el feed y mostrarle los mails con propuestas indecentes que me llegan.

La Paloma UruguayPor las noches aprovechamos para ir a cenar; yo mariscos y él algo que no varió entre milanesas con papa fritas y lomito (que allá lo llaman chivito). Las charlas de la cena oscilaban entre mis trolls, trucos de seo, ganar dinero con adsense y sacarle el cuero a Pablo que está de vacaciones en Brasil.
Como buen caballero que es, nunca me dejó pagar ni una sola cena… quizas que se me noten los huesos era algo que le daba pena y quería hacer algo por una chica con pinta de desnutrida. En cualquier cosa, yo siempre digo que un hombre que no le tiembla el pulso para abrir la billetera es para tenerlo en cuenta, así que ya saben las que tengan el 14 de febrero libre y quieran ir a prepararle un almuerzo romántico.

Entrando en los últimos días y gracias a una invitación de Jime, amiga personal y motorizada de Ale, nos llevó hasta La Pedrera; otro pequeño poblado junto al mar en donde tienen casa Maitena y el Pelado de la Bersuit, entre otros famosillos por ahí.La Pedrera, Uruguay

Se pasaron los días y ya tocó volver para Córdoba intercambio mediante de un Fernet 1882 y un par de libros re lindos de Eduardo Galeano, a quien mi amigo uruguayo nunca había leído, por un libro sobre SEO y 10 días de soportarme estoicamente en su casa.
Evidentemente salió perdiendo él, pero bueno, así funciona el mundo de los negocios.

Muy lindo viaje y ha sido un placer sumar a otro amigo gracias a internet. Para que vean que no es tan malo estar todo el día con la computadorita, después de todo.

Por cierto, abro el registro de bloggeros que me reciban cuando me quiera ir  de vacaciones 😛

23
Jan

Publicidad bizarra en la revista Matices

Archived in the category: Personal
Posted by: Dayana Barrionuevo - 20 Comments

La revista Matices un medio que llega a los barrios de la zona noroeste de la ciudad de Córdoba de manera gratuita. Tiene muchos avisos publicitarios de comercios y profesionales de esa zona, más algunas notas de interés general. Es entretenida y da para estarla hojeando un rato.

Precisamente en eso estaba el otro día, cuando esta extrañísima publicidad saltó a mis ojos

“¿Es lo que estoy pensado?” Me pregunté para mis adentros.

– Amor, ¿La loca esta de la foto esta en bolas envuelta con papel film o yo me tome una sangría hecha de gasoil de rastrojero? -Pregunté, tan románticamente, para mis afueras.

Y era film, más cartón corrugado, mas copas de plástico… una imagen altamente inflamable no tanto por la chica pretendiendo sensualidad sobre materiales de embalaje sino por los productos que formaban parte de la composición.

Yo me pregunto, ¿Cuánto más vendió La Recta por hacer algo de un mal gusto tan llamativo? ¿Qué tiene que ver la foto con los cubrepiletas, mediasombra y demás? ¿Quién le dijo a la de la foto que una exitosa carrera de modelo empezaba mostrando las patas en un sommier forrado con una sábana de cartón acanalado? ¿Será que la mina era descartable también?

La verdad, yo he hecho boludeces en mi vida, pero hay códigos, hay límites que ni yo traspaso. Uno de ellos es no al plastico porque no es reciclable y te podés morir asfixiado si se te da por hacer cosas raras 😛

¿Qué les parece esta publicidad?

17
Jan

El Rally Dakar en Bajo del Pungo, Córdoba, fue una mierda

Archived in the category: Personal
Posted by: Dayana Barrionuevo - 23 Comments

Después de haberme recuperado de la insolación que sufrí ayer por ir a “ver” el Dakar me siento a escribir este post y ojalá que otras personas que hayan asistido a semejante fiasco pasen y dejen su opinión.

Cuando decidí ir al Dakar pensé que era la gran oportunidad para ver en acción a grandes máquinas como los hummers o esas 4×4 espectaculares que posiblemente nunca pueda tener o manejar. Además era la mística de poder haber vivido la “experiencia de un Dakar” más allá de la publicidad boba de los medios masivos. Que hoy veo cuán masivos y bobos son y pretenden vender una realidad inexistente.

“La llegada a Córdoba del Rally Dakar cumplió con las expectativas de los competidores, los organizadores y, principalmente, de la gente que se apostó a la vera de los caminos y durante todo el día, en las afueras del vivac, para ver el paso de las desafiantes máquinas.” Dice hoy La Voz

Pero vayamos mejor a la crónica de un día perdido.

El jueves a eso de las 3 am salí con Guille desde Jesús María, después de haber estado en el festival de doma y Folclore junto a Mauro y Martín. Debíamos cruzar el tramo Ascochinga-La Cumbre (tramo de uno de los prime del Rally Mundial, casualmente) para llegar hasta la ruta 38 y arribar temprano a La Falda.

A las 5 de la mañana estábamos allí haciendo un alto en la Esso que está frente a la terminal de ómnibus antes de seguir viaje al “camino de la pampilla” que es el que atraviesa la Pampa de Olaén y el que nos llevaba hasta Bajo del Pungo, único lugar habilitado el día viernes para ver el Dakar, después de la suspensión del enlace de Tuclame.

Después de preguntarle a los amigos de la Caminera cómo era exactamente la modalidad del operativo montado para el Dakar, empezamos a atravesar las calles desiertas de La Falda para quedar varados por una hora y media frente al Hotel del Lago, a unas 20 cuadras del centro de La Falda pero a unos 15 km de Bajo del Pungo.

La fila de autos iba creciendo con los minutos y nadie sabía por qué estabamos detenidos en ese lugar a esa hora de la madrugada.
Los ansiosos de siempre empezaron con las bocinas sin importarles los huéspedes del hotel que estaban durmiendo o detenerse a pensar por un segundo que si estábamos todos detenidos era porque había algo o alguien que no nos permitía avanzar lo cuál volvía inútil cualquier pataleo.

Después se sumaron los que se pusieron en doble fila, los que pasaron por la banquina de la mano contraria… a las 7 de la mañana recién la policía, que estaba apostada en la entrada del complejo 7 Cascadas (a un km del hotel, aproximádamente), permitió el paso de la larga caravana de los que pretendíamos (ilusamente) ir a ver el Dakar.

Después de andar unos kilómetros y entrar en el camino de tierra junto a otros cientos de autos, llegamos a un puesto en donde alguien, supuestamente bombero de La Falda, nos cobró un estacionamiento de $30 como “Bono Contribución”. Muchos se quejaron de esto según pude escuchar en Cadena 3 mientras despuntaba la mañana en Bajo del Pungo.
Lo curioso del caso es que se dijo que el arreglo del estacionamiento era entre el dueño del campo y los bomberos. Pero hay algo muy interesante: en esa zona los campos pertenecen a la Fundación San Roque; una entidad de bien público que todos los cordobeses deberíamos conocer, así que acá van algunos datos:

La Fundación San Roque es una institución creada hace 243 años por el Deán Doctor Diego Salguero de Cabrera. El Gobierno provincial ejerce el patronato de la misma, lo que en los hechos significa la administración del arriendo de más de 30 mil hectáreas a productores rurales de la zona de la Pampa de Olaen y Cruz del Eje, junto al de algunos inmuebles urbanos. El artículo 7 del Estatuto de la Fundación ordena que le renta por ese alquiler debe ser destinada “al mantenimiento o ayuda económica al Hospital San Roque, en beneficio de los pobres enfermos de la ciudad”.

Una auditoría del Tribunal de Cuentas de la Provincia determinó desmanejos en la entidad que podrían configurar un delito penal. Las presuntas irregularidades van desde faltantes de caja en cuatro ejercicios contables, la ausencia de comprobantes de gastos, la falta de rendición de subsidios por $ 750 mil y la ausencia de inventario de los bienes de uso desde 1998. Por esto motivo, los auditores no pudieron determinar el patrimonio neto de la Fundación. El informe compromete a muchos funcionarios de alto rango del gobierno delasotista.

Fuente: Sos periodista

Intenté buscar información para saber si Bajo del pungo y la zona aledaña es parte del patrimonio de esta Fundación, pero sólo encontré datos del desmanejo de la misma y el dinero que no llega a un hospital que podría tener tecnología de punta gracias a los ingresos que le aportarían 30 mil hectáreas de campo arrendadas (ojo, no es que en esa zona un arriedo sea tanto negocio como enla pampa húmeda, pero en el volúmen de hectáreas muy bien le vendría cualquier ingreso).

En el caso de que esos campos fueran patrimonio de la Fundación (y por ende el Gobierno tuviera la sartén por el mango), uno pensaría que los $30 más el alquiler del predio de las carpas vip y del bolsón donde se ubicó al público fueron a parar “al mantenimiento o ayuda económica al Hospital San Roque, en beneficio de los pobres enfermos de la ciudad”, como lo indicó el Obispo Salguero. Ojalá así sea, porque con los 2000 autos que debe haber habido, más el alquiler del predio una buena cantidad de dinero podría estar llegando al hospital San Roque.

Pero volvamos al Dakar en sí.

Cuando el mediodia (hora de Cristina, el sol decía otra cosa) indicaba que en Taninga se estaba largando el rally, nosotros iniciamos nuestro frugal almuerzo y una sesión de encremamiento con pantalla solar 30 para piel extremadamente sensible. Ya a esa hora el día pintaba como de un calor agobiante y con los rayos UV fuera de la aprobación de cualquier dermatólogo.

Para la 1.30 de la tarde, cuando la primera moto pasó, nosotros nos habíamos ubicado en la loma por la que veíamos el camino como se ve en la foto. Habremos estado a unos 3-4 km del camino y con la primera estela de tierra que dejó ese competidor comprendimos que desde ahí no ibamos ver un carajo de nada.

No había más remedio que bajar, entre piedras, cardos, espinillos y churquis que conforman la espinosa flora serrana, más una chacra de maíz que estaba implantada en el paisaje, hasta el camping improvisado que ya mostraba que juntar la basura que se produce no es algo que muchos de los espectadores tienen incorporado.

Al llegar a la zona del público nos dimos cuenta de algo muy particular: los únicos con una buena ubicación eran los que habían pagado 300 dólares para estar cómodamente instalados en la carpa VIP. La gilada (o sea nosotros y todo el resto) se tenía que ubicar como podía a lo largo de 2 km de alambrado de una sola mano que estaba habilitado para el público que se manejaba en pesos (los $30 de la entrada).

Cuando uno ve dos o tres filas de espectadores, uno al lado del otro, a lo largo de 2 km lo que hace, como lógica, es irse al final de la hilera para buscar el lugar más cercano al alambrado para poder ver. Pues bien, llegamos al final y ahí nos detuvo un vallado policial que estaba cuidando una chacra de maíz y que cortaba el paso a los espectadores.

A ver, seamos lógicos antes que fans. Me parece perfecto que el arrendatario de ese campo haya tenido su cosecha cuidada de una horda de simpatizantes que les hubiera importado tres carajos pisotear las plantitas que tardaron meses en crecer. Ahora, ¿por qué no se habilitó la otra mano que era un campo yermo? ¿Tan sólo por una cuestión de seguridad?

Esta es la foto de lo que podía ver de la carrera desde el lugar donde estaba ubicada.

Cuando se cortó el paso de motos y cuadriciclos a eso de las 16-16.30 hs y entendí que poner en riesgo nuestra salud por el espectáculo miserable que estaba viendo no valía la pena, le dije a Guille que emprendiéramos la vuelta. El Dakar nunca pasó frente a mis ojos y el cuerpo y las ganas no me daban para ir a ver autos de carrera parados a la ruta 20.

La organización de este evento me deja más dudas que certezas sobre lo que en realidad se pretende. ¿será que el negocio del Dakar es sólo para la TV? ¿Será que no quieren que haya público?

Considerando lo que sucede con el Rally Mundial, me parece que negocio y público son compatibles y que se debería consultar, si es que la edición 2010 vuelve a hacerse acá, a quienes organizan desde hace muchos años el Rally que convoca multitudes en Córdoba.

Es entendible que el Dakar funciona y se maneja “a lo Dakar” y ya vienen con su esquema organizativo armado y sus ideas de cómo debe ser el manejo del público en su rally. Pero sumar experiencias positivas y exitosas como la que tiene nuestra provincia en este tipo de eventos seguramente va a ayudar a enriquecerlo y a potenciarlo aún más.

Mis consejos para una próxima edición serían:

– Buscar una ubicación que permita que todo el público disfrute del espectáculo y no solo los que paguen U$S300. En las sierras hay lugares que son tribunas naturales donde en poco espacio pueden ubicarse y ver cómodamente miles de personas

– Mejorar la información que se le da al público. Lss esperas innecesarias, la falta de información sobre el cierre de rutas (que no se cerraban como en el otro rally, en realidad) y un montón de cuestiones que tenemos incorporadas del Rally Mundial que son distintas en el Dakar no se aclararon.

– Brindar más servicios a los espectadores aunque no hayan pagado una entrada. Fue lastimoso ver que la Cruaz Roja atendía abajo de un árbol con una bandera, por ejemplo.
Se podrían haber concesionado y habilitado en condiciones dignas puestos de venta de alimentos y bebidas frescas para que la gente que soportó una temperatura de 40 grados al sol se hidratara y refrescara. Tener un mínimo de conciencia sobre la salud de los espectadores que asisten a un espectáculo de todo el día en el medio de la nada en pleno verano y al rayo del sol es también ser conscientes de la seguridad de esas personas.
Tampoco había baños químicos habilitados.

– El respeto hacia el espectador. Me parece que muchos de nosotros nos sentimos estafados por ir a un espectáculo del cual no pudimos ver nada.

– El respeto hacia los protagonistas: los pilotos.
La organización del Dakar no deja de ser un negocio, eso se entiende. Pero permitirle a los corredores disfrutar del cariño del público en el camino es algo que ellos se llevan más allá de la plata que ganan o del prestigio del premio si logran las mejores posiciones.
Me alegra mucho que todos hayan disfrutado del saludo de la gente en los diferentes lugares por donde la carrera pasó. Me apena no haber podido tener ni una foto de eso a pesar de haber ido a verlos.

Me quedé con las ganas de ver el Rally, y no sé si iría de nuevo el año que viene.
Una pena, debe haber sido un muy lindo espectáculo.

06
Jan

La lucrativa industria del beso en los estacionamientos de Córdoba

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Posted by: Dayana Barrionuevo - 9 Comments

Ayer estuve en Córdoba, más exactamente en el Johnny B. Good de Nueva Córdoba.

Cuando me estaciono enfrente, en la zona de parquímetros del Buen Pastor, descubro que a esa hora no había naranjitas; por o tanto empiezo a revolver mi bolsito en busca de alguna moneda de un peso que haya sobrebrevivido al pago del peaje.

¡Ni una!

Le pregunto a un hombre que justo estaciona al lado mío si tiene una y tampoco. Sólo tenía para su auto.

Pasa un chico por la vereda y le pido que me cambie los $2 en billete por un par de monedas… solo tenía un peso.

Le ofrezco los $2 por su moneda de todas maneras, después de todo sigue siendo mas barato que pagar una playa.

– Tomá te la doy -Me dice. Yo dudo medio segundo en mi papel de mendiga de los parquímetros, pero como ya se me hacía tarde, me quedo con la monedita.

El muchacho se da vuelta para irse.

– Esperá -le digo- al menos te doy un beso por la moneda.

Su cara de sorpresa hizo que me mirara como petrificado, pensando en que los buenos gestos suelen venir con un “Gracias”, como mucho. Bueno, también habrá pensado de donde sale esta loca y porqué no encuentro más minas así.

Fue un simple beso en la mejilla, pero bien dado. No fue de esos de abuelas que ponen el cachete.

Sin lugar a dudas no falta cambio. Falta gente con ganas de besar.

——————————

Notas aclaratorias:

1- Guille ya me retó. Así que los que quieran hacerlo, llegan tarde.

2- Si saco cuentas, me conviene ir a besar gente al Buen Pastor a cambio de las monedas que tiran a la fuente antes que poner Adsense en el blog.

3- El chico era bastante lindo y de unos 20-23 añitos. Necesitaré cambio pero tampoco beso sapos para ver si se convierten en algo 😛

4- El que quiera usar esto como técnica tirotera, tiene copyleft.

5- Y por publicar este post mi “coequiper de colchón” me va a seguir retando 🙁

20
Nov

Hoy conmemoro mi aniversario de divorcio

Archived in the category: Personal
Posted by: Dayana Barrionuevo - 3 Comments

Ya sé que dije que mejor dejaba de escribir cosas personales antes de seguir ajusticiando gente vía blog como mi ex 1.0 que leyó lo que escribí de él y se ofendió. Y bueh, que le vamos a hacer.
La cosa es que el otro día hablando con Diego (ex 3.0) me recordó que hoy se cumple un año desde que dejamos de vivir juntos; así y le dije que si le parecía bien si escribía algo de eso. Su respuesta fue “¿Desde cuando vos pedís permiso para hacer algo? 😛 “. Ese chico sabe de lo que habla.
Así que este es mi post conmemorativo “lo-que-salga”:

Suele suceder que uno planifica su vida y hace las cosas por orden como en las películas o en las familias bien: vas al jardín, hacés la primaria, la secundaria, te vas de viaje de estudio, entrás a la facu, te recibís, colgás el diploma en la pared del living o donde sea conveniente que se vea, te conseguís un novio, te casas, tenés críos, fingís ser felíz, ponéle que tenés otro crío y así hasta que tu vida se vuelve algo nubosa debido a la presbicia o las cataratas. Con suerte se morís con una prepaga que te dió algunos remedios como para que le gambetees a la Parca hasta el último.

Pero a mi la vida prolija me dejó de pasar desde que supe que con las compañeras de curso que tenía no daba ni para ir a tomar un helado y ahí comencé a alterar el orden sagrado establecido. A Bariloche no fui.

Me permito una elipsis en el resto de cosas que no hice en orden para hablar de mi matrimonio sin papeles.
Al mes de conocer (si, de conocer) a mi ex 3.0 me le instalé en su departamento. Esa sería la versión machista. También podría decir que surgió naturalmente que me quedara ahí y eso sería más cercano a la verdad. Después de todo nunca discutimos el “te querés venir a vivir conmigo?”, pasó y punto.

Para los dos era una experiencia nueva y rara en muchos sentidos: venir cada uno de una relación que había terminado mal, venir de un desamor profundo que nos hacía desconfiar de esa novedad de sentirnos enamorados otra vez, de vernos tan distintos y sin embargo entendernos bien y tantas otras cosas.

Es lindo cuando te enamorás y al otro le pasa lo mismo y sentís esa felicidad cercana a un estado constante de pelotudez. Pero no lo digo malamente a esto. Al contrario, es observación pura.
Cuando uno se enamora todo parece poco importante menos el amor hacia esa persona… eso es la felicidad pelotuda.

La cosa es que uno empieza a convivir y ese enamoramiento va pasando y se va transformando en una relación que se asienta en lugares más sólidos.
Y acá es justo aclarar: yo, en lo personal, no creo que la faceta del enamoramiento dure 50 años. Insisto con la teoría de Asimov que a los 5 años todos los defectos del ser amado son absolutamente obvios, por lo tanto deja de ser ese príncipe soñado del primer día y, con suerte, pasa a ser un caballero honorable pero terrenal como el que más.
Por otra parte, yo cuento en años de gato, así que 5 años me equivalen a unos meses nomás. Así que si en ese tiempono llegamos a una relación que sienta que me llena empiezo a pensar que no vamos a ningún lado y me dan ganas de irme. Tengo la tendencia a huir de las cosas que no funcionan. La pista es que nunca guardo el bolso en el ropero. Siempre queda por ahí, al lado de la cama.

Con Diego no pasó, porque él me casó/cazó en su casa/caza y no pude hacer otra cosa que quedarme y amarlo aunque me dejara las zapatillas estacionadas bajo la mesa todos los santos días, se negara sistemáticamente a colaborar con lavar platos a menos que lo puteara y tuviera un talento natural para dejar huellas de talco en el piso de parquet.
Las pequeñas pavadas de la convivencia son las que molestan en un principio, pero después son las que más se extrañan. Menos lo de los platos.

La otra parte de la rutina que empieza a crecer son las cosas que hacen del mundo “Nuestro Mundo”.
Son los pequeños rituales de pobre que uno se va armando: ir al súper un sábado, volver y comer todas las cosas ricas, el martes pensar que ya no hay nada que valga la pena en la heladera, ir a alquilar una peli y sumarle pizza y helado que se comerán religiosamente en la cama porque no nos joden las migas en las sábanas, quedarse charlando de boludeces de todo tipo hasta que se hace de día, empezar todo otra vez al día siguiente. Las pequeñas delicias de generar esa intimidad que no se da con amigos ni con la familia por más cercana que sea. Es la intimidad que da saberse en un lugar propio y creado a gusto de uno.

Sin embargo, en algún momento indefinido las cosas empiezan a fallar y alguien cambia.
Ok, si, lo sabés, fui yo la que cambio y que empecé a pensar que ya no te quería.
El asunto es que cuando una parte deja de sostener eso que se hace de a dos, el castillo empieza a caerse y se abre un abismo profundo en donde los que se amaban pasan a ser dos que se miran de lejos.

Se sufre en silencio, se calla lo que debería decirse, se miente (a uno mismo, al otro, a los otros).

Es la parte en donde sufrís como un perro y no sabés que hacer: si quedarte, irte, dejar que todo siga en piloto automático; y donde te hacés consciente que hay una casa armada a medias que también va a sucumbir al terremoto de una separación. Solo quien pasó por esta experiencia sabe lo doloroso que es.

Desmembrar una casa en donde todo se eligió para vivirlo de a dos, ponerse a recordar quien compró tal o cual cosa, elaborar el duelo de las colecciones de libros comprados juntos que ahora se van a tener que quedar con uno.Y no es por el objeto en sí sino por lo que significa, por los recuerdos que nos trae a la memoria al momento de arrancarlo de ese rincón perfect que le elegimos para que quede mutilado en un lugar cualquiera donde va a estar tirado, donde ya no va a ser lo mismo.

A mi me dolió mucho esa parte. Me gustaba el hogar que habíamos armado y la que se quedaba del lado de afuera era yo.
El que se quedaba del lado de adentro a vivir en un cementerio con un montón de cosas mías era él. Ninguno la sacaba barata.

Si algo tuvimos y tenemos es ser gente civilizada: nunca nos peleamos, ni siquiera en aquel momento.
No hubo la típica escena de la pelea por la licuadora (que es de él) o por el microondas (que es mío). Salomónicamente decidimos sin hablarlo que él se quede con todo lo que necesite mientras viva en Córdoba y veremos como nos acomodamos cuando se vaya.

En mi corazón su casa es mi casa, porque fue una casa que hicimos juntos. Fue mi primera casa mía y la quiero por eso.
No es como la casa donde vivo ahora con mi familia donde las cosas no las elegí, no tienen una historia divertida atrás, no son sacadas de una travesía por un híper un sábado lleno de gente.

Hoy cada quien hace su vida, él me pregunta por mi novio, yo le pregunto por su club de fans y seguimos queriéndonos y respetándonos porque la pareja terminó pero el afecto hacia el otro sigue estando ahí y quizás más fuerte que hace un año donde todo estaba mal en la relación.

Fue un año que pasó rápido y también lento, según mi ánimo, mi dolor, mis ganas de llorar, mis momentos de nostalgia, de extrañar, de dudar si había hecho bien, de replantearme cosas, de decidir qué quería para mi…

Diego, te prometi este post pero no da para poner las fotos que me mandaste. Quedan en mi compu para repasarlas la próxima vez que me disponga a abandonar a alguien 😀

Como cierre, una canción que me recuerda mucho a todo esto: Sin saber que decir, de Ariel Rot con Amaral (no hubo forma de subirla a Ovi, así que va un video feo de You Tube).

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